Gracias a la puesta en marcha de la gratuidad en la educación, ahora las personas con mayores ingresos tienen más acceso al Crédito con Aval del Estado (CAE). Eso es lo que arrojan las cifras al cierre de 2017 de la Comisión Ingresa, donde el quinto quintil (que representa al 20% de los hogares con mayores ingresos del país) fue el único que experimentó un alza el año pasado tanto en número de beneficiarios como en monto de los créditos otorgados.
Es más, en 2017 el quintil más rico se quedó con el 36% del total de los montos otorgados con CAE, muy por encima del 19% que representaba en 2015, antes de que empezara a funcionar la gratuidad. Lo mismo ocurrió con el número de beneficiarios, ya que si en 2015 eran el 14%, al cierre del año pasado esa cifra se empinó a 27%. El resultado se da considerando que en 2017 los beneficiarios del quinto quintil subieron un 13% a 17.801 personas, y el arancel otorgado se alzó un 19,4% a $38.770 millones.
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Lo contrario ha ocurrido en los cuatro primeros quintiles, ya que en 2017, y por primera vez desde que comenzó a funcionar el CAE, todos registraron caídas de dos dígitos. El que lideró las bajas el año pasado fue el quintil de menores recursos, con un retroceso de 60% en el número de beneficiarios, sumando sólo 689 personas, mientras que el arancel entregado retrocedió 52% a $1.083 millones (ver gráfico).
La tendencia a la baja no es nueva, se arrastra desde 2016, pero fue el año pasado cuando ocurrió el cambio más brusco. Y la explicación es una: la gratuidad en la educación, que justamente comenzó a regir en ese año, e hizo que fueran menos los estudiantes de bajos ingresos que solicitaban CAE.
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Esto significó además que quedara presupuesto disponible en este programa para ser entregado a los quintiles de mayores ingresos, ya que no hay restricciones socioeconómicas para pedir el crédito.
En el total, en 2016 cayó un 5% el total de estudiantes al que se le dio un crédito mediante este sistema, pero el año pasado se hundió 27% hasta los 65.927 beneficiarios, su menor nivel desde 2008. Cuando se trata de aranceles, la caída es aún mayor. Esto, considerando que en 2016 el total de créditos otorgados disminuyó 2%, mientras que el año pasado el retroceso fue de 16,6% a $108.357 millones, tocando su menor nivel desde 2009.
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La baja de los dos últimos años ocurre considerando que en 2016, los primeros favorecidos con la gratuidad fueron 137.000 universitarios provenientes del 50% de las familias más vulnerables del país. De hecho, fueron $517.939 millones los que destinó el presupuesto para financiar la gratuidad en el primer año. "La aplicación de este derecho ha incidido en la estructura de asignación de los beneficios estudiantiles del Estado, impactando también al CAE, que continuó su escalada hacia los quintiles de mejores ingresos, afianzándose como una alternativa de financiamiento para esos hogares", señala la Comisión Ingresa.
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En 2017, en tanto, el presupuesto destinado a gratuidad subió a $747.902 millones, y se incluyó entre los beneficiarios a aquellos que quisieran estudiar en institutos profesionales y centros de formación técnica. Bajo este escenario, desagregado por tipo de institución, fue justamente en los centros de formación técnica donde más cayó el número de beneficiarios durante el año pasado. De hecho, se redujeron a la mitad, sumando sólo a 6.175 personas. Y la tendencia a la baja no habría tocado piso.
Esto, tomando en cuenta que el presupuesto para la gratuidad este año subió incluso más, hasta los $992.973 millones, y la proyección del Gobierno anterior es que beneficiará a cerca de 340.000 estudiantes.
Con todo, pese a que el Presidente Sebastián Piñera prometió en su programa de Gobierno eliminar el CAE, la ex Presidenta Michelle Bachelet antes de dejar su mandato ingresó al Congreso un proyecto para modificar este sistema.