Los demócratas aumentaron la presión para que los republicanos acepten una extensión de los beneficios federales a desempleados, fijando el escenario para el primer enfrentamiento político de 2014 sobre el destino de los fondos para 1,3 millones de personas que han estado desempleadas por más de seis meses.

"Ahora no es el momento para sacar a gente del programa", dijo Jack Reed, el senador demócrata de Rhode Island en una entrevista con FT ayer. "Esto tiene un impacto significativo en las familias y en la economía", añadió.

Los estados y el gobierno federal cubren en conjunto hasta 26 semanas de beneficios para los desempleados, tras lo cual el gobierno federal se hace cargo de la ayuda completamente, bajo el esquema de asistencia de emergencia lanzado en 2008.

El financiamiento para los programas se acaba el sábado, eliminando un elemento crítico de la seguridad social para muchas familias con recursos limitados. Con la economía mejorando y la tasa de desempleo en un 7%, los republicanos están reacios a extender los beneficios a desempleados, y rechazaron considerarlo en el reciente acuerdo presupuestario bipartidista.

Pero los demócratas y la Casa Blanca siguen insistiendo. Los líderes demócratas en el Senado dicen que llamarán a votación a comienzos de enero por una medida respaldada por Reed y Dean Heller, un senador republicano de Nevada, para extender los beneficios por tres meses mientras se negocia una extensión mayor.

Economistas de JPMorgan estimaron que la expiración de los beneficios a desempleados causaría una baja en el crecimiento de EEUU de más de 0,25 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2014.

Para Sheri Minkoff, la inminente pérdida de sus beneficios de desempleo federales -US$654 cada dos semanas- es aterrante.

Quienes apoyan la extensión de los beneficios creen que la opinión pública está de su lado y que los republicanos cederán. Una encuesta de Hart Associates, un grupo de estudios demócrata,  dijo que el 55% de los estadounidenses apoya la renovación, mientras que sólo 34% quieren cortarlos.

Muchos republicanos creen que los beneficios ya no son necesarios dada la mejora en la economía y cuestionan su efectividad, diciendo que pueden incentivar a que la gente no busque trabajo activamente.

Los republicanos también han dicho que quisieran ver que el costo de la extensión - de US$25.000 millones al año - se equilibre con recortes presupuestarios en otros gastos, lo que requeriría una larga negociación.

Rand Paul, el senador de Kentucky respaldado por el Tea Party, dijo que los beneficios sobre 26 semanas "son dañinos para esos trabajadores". Agregó:  "cuando das un seguro de desempleo por 99 semanas, los vuelves parte de este grupo perpetuo de desempleados en nuestra economía".

Los demócratas esperan que los tradicionales aliados de los legisladores republicanos - incluyendo tiendas de descuentos cuyos negocios serían golpeados por la expiración de los beneficios - inclinen el debate a su favor. Pero hasta ahora, los grupos de lobby de compañías como Walmart y Target se han mantenido en silencio.

"Cuando obtienes una pequeña cantidad semanal de dinero, todo va a renta, gasolina y comida. [Las tiendas] lo entienden y sería útil si lo apoyaran explícitamente: este programa estimula la actividad económica", dijo Reed.

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