Alemania y Francia acordaron trabajar en conjunto para crear un borrador de iniciativas para combatir la crisis de la eurozona, una medida que busca despejar los temores de que los gobiernos de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente François Hollande estaban en una colisión acerca de la respuesta a la crisis.
Dos meses después de una tensa cumbre de la Unión Europea en la cual Hollande abogó por el crecimiento como una alternativa al mantra de austeridad de Merkel, los ministros de Finanzas de ambos países anunciaron un grupo de trabajo que buscará forjar posiciones conjuntas de cara a las reuniones de los ministros de Finanzas de la UE y cumbres de líderes europeos.
Tras reunirse con su contraparte francesa Pierre Moscovici en Berlín, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo que había acordado formar el grupo de trabajo sobre temas de unión bancaria, integración fiscal y crecimiento y competitividad. “Queremos tomar decisiones conjuntas”, dijo Schäuble, insistiendo que la necesidad era apremiante dada la desaceleración en el crecimiento económico en Europa y en todo el mundo.
Los dos ministros se reunieron en momentos en que se dio a conocer que la confianza empresarial alemana cayó en agosto por cuarto mes consecutivo. El índice del Instituto Ifo llegó a su menor nivel en más de dos años a medida que crecía la preocupación en el sector empresarial respecto de que la mayor economía de la eurozona estaba siguiendo al resto del bloque camino a una crisis.
La decisión de Alemania y Francia de buscar una cooperación más estrecha es la señal más clara hasta el momento del reforzamiento de las relaciones entre Berlín y París -o la conservadora Merkel y el socialista Hollande- desde que los electores franceses decidieron dejar ir a Nicolas Sarkozy en mayo. Sarkozy y Merkel habían forjado una unión política cercana en más de dos años de combate a la crisis, con críticos en Francia, incluyendo a Hollande, acusando a Sarkozy de someterse a los dictados alemanes de recortes en el gasto que alejaron el crecimiento económico.
Desde que llegó al poder, Hollande ha intentado distanciarse de tal relación estrecha, que incluso tenía nombre: Merkozy. Bajo presión de los socialistas, ha trabajado para debilitar la percepción de predominio alemán al construir relaciones con Mario Monti, el premier italiano, y con su par español Mariano Rajoy.
Hollande no ha dejado de subrayar las diferencias con Merkel, causándole cierto problema político en casa. Él ha hablado a favor de bonos comunes de la eurozona y ha apoyado que el Banco Central Europeo respalde el fondo de rescate de la eurozona, posiciones que la canciller alemana ha bloqueado por mucho tiempo y en reiteradas ocasiones.
Pero funcionarios franceses dicen que la relación franco-germana permanece en el núcleo vital de la eurozona e insisten en que Hollande ha forjado una buena relación de trabajo con Merkel -sentimiento compartido por funcionarios en Berlín. “Las cumbres y reuniones de ministros de Finanzas no funcionan sin esa cooperación”, dicen.
“Queremos acercar nuestros puntos de vista, que no están tan lejanos, para hacer de Francia y Alemania los pilares… de una solución que es estructural”, planteó Moscovici, prometiendo “intensificar los intercambios” de cara a la cumbre de la UE a mediados de octubre.
El grupo de trabajo también preparará la implementación de los acuerdos entre la eurozona y Grecia y actuará de enlace con España acerca de la recapitalización de su banca. Schäuble y Moscovici se volverán a reunir cada dos semanas.
Funcionarios de la UE dicen que la falta de una posición franco-germana conjunta ha cambiado el tono de las últimas cumbres. Pero funcionarios plantean que esto también tiene que ver con la desaparición de Sarkozy, cuyo estilo dominante a veces sofocaba el debate.
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