La reducción de la quema forestal, la sustitución de las cocinas de carbón y unas menores emisiones por transporte diesel son algunas de las medidas presentadas hoy por el Banco Mundial (BM) para ralentizar el proceso de calentamiento global y salvar millones de vidas en las próximas tres décadas. Los datos aparecen en un nuevo informe del BM, titulado "Sobre una delgada capa de hielo: Cómo la reducción de la contaminación puede salvar vidas", en el que se cifra la importancia de controlar los contaminantes climáticos de corta vida como el carbono negro y el metano.

Estos dos elementos forman parte activa del proceso de deshielo en el Ártico y en regiones montañosas glaciares como los Himalayas o los Andes, ya que son liberados a la atmósfera con terribles consecuencias como la elevación del nivel del mar y un clima más extremo. "Estas regiones cuentan con grandes cantidades de metano y dióxido de carbono en forma congelada (...) De hecho, el metano en concreto es un potente agente de calentamiento a corto plazo y súbitas liberaciones podrían acelerar el proceso a escala global", afirma el estudio.

Para contrarrestarlo, Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del organismo internacional, explicó por ejemplo que "una reducción de tan solo el 50% en la quema forestal y a cielo abierto, una de las principales fuentes de carbono negro, podría evitar cerca de 190.000 muertes debido a la contaminación del aire". Otro de los aspectos importantes es la utilización de estufas de carbón ecológicas y de biomasa mejoradas que podrían salvar cerca de 230.000 vidas anualmente, especialmente en Europa y Asia central.

Precisamente, el propio presidente del BM, Jim Yong Kim, que ha situado la lucha contra el cambio climático como una de las prioridades del organismo internacional, subrayó los "horrendos" perjuicios causados por el humo de las cocinas dentro de las casas. En este sentido, alertó de que cuatro millones de personas mueren al año en países en desarrollo por enfermedades vinculadas con la exposición al humo.

Asimismo, los investigadores afirman que es crucial reducir las emisiones causadas por el transporte de diesel y de los equipos que utilizan ese combustible, que contribuyen a aumentar la presencia de metano, lo que reduce el crecimiento de los cultivos alimenticios. De aplicarse estas medidas de reducción de carbono negro y metano, se podría frenar el calentamiento en el Ártico en más de un grado para 2050 y reducir los riesgos de inundaciones, agrega el reporte.