El Banco de Japón (BoJ) mantendrá su política monetaria muy expansiva hasta que la inflación llegue a 2% y se estabilice en ese objetivo, dijo el gobernador del banco central ayer, y agregó que tomaría medidas de flexibilización adicionales si el alza de precios se estancaba.
"Tenemos la intención de alcanzar la meta de 2% de inflación y mantenerla de una manera estable", dijo Haruhiko Kuroda a Financial Times, lo que sugiere que el dinero ultra-fácil podría permanecer en su lugar mucho más allá del plazo de dos años que el BoJ se ha entregado para alcanzar la meta.
"No es bueno sólo tocar el 2% de inflación y luego bajar a 1% o menos."
Revertir años de deflación es una prioridad para tanto el banco y el gobierno de Shinzo Abe, el primer ministro, quien ha promovido el estímulo monetario como la primera "flecha" de su campaña Abenomics para estimular el crecimiento japonés.
Desde su nombramiento por Abe esta primavera (boreal), Kuroda ha cometido al BoJ a comprar 50 billones (millones de millones) de yenes (US$485 mil millones) de bonos del gobierno nipón al año.
La tasa actual de compras sería, dijo, suficiente para permitir que el BoJ llegue a su objetivo de inflación a tiempo. Agregó que si los modelos del banco resultaban equivocados o la economía sufría un shock inesperado, podrían ajustar "incluso antes de dos años".
Mientras que otros bancos centrales implementaron esquemas de compra de activos similares para apoyar a sus economías después de la crisis financiera mundial, el BoJ está en una posición única de tener que luchar contra un descenso crónico de los precios - 15 años de deflación que dijo estuvo "profundamente arraigada en la economía y la sociedad".
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