Las bolsas del mundo empezaron el año con el pie derecho, firmemente encaminadas a cerrar su mejor enero en años. Si el mes se hubiera acabado ayer, las acciones mundiales, expresadas en el índice MSCI All Country World Index (ACWI), hubieran tenido el mejor principio de año en su historia al acumular un crecimiento de 7,27%. También hubiera sido su mejor mes individual desde octubre de 2015.
En EEUU, el S&P 500 y el Dow Jones industrial están firmemente encaminados a cerrar su mejor enero desde 1989 con avances de 7% cada uno, mientras que en el MSCI de mercados emergentes sería el mejor primer mes desde 2012 (10%), al igual que en Bovespa brasileño (10,5%). China, por su parte, tendría su mejor enero desde 2009 con el CSI 300 (7%).
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En términos de capitalización bursátil, el MSCI ACWI ha sumado US$4 trillones (millones de millones) en enero, mientras que el S&P 500 y el Dow Jones han ganado US$1,8 trillones y US$435.000 millones respectivamente.
"La mayoría de los mercados accionarios siguen en rally, impulsados por cifras positivas de actividad y apoyado por momentum en las utilidades de compañías", señaló JPMorgan en un informe recientemente, destacando que la razón entre correcciones al alza y correcciones a la baja para estimaciones de resultados está inclinada hacia el optimismo en todas las regiones.
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Las claves, agrega Stephen Lingard, vicepresidente y portfolio manager de Franklin Templeton Multi-Asset Solutions, están en las positivas cifras de recuperación económica a nivel internacional y expansión en las utilidades de las compañías, dado que esta es la primera vez desde la crisis financiera global que hay una recuperación sincronizada en el mundo.
En el caso particular de Estados Unidos, la reforma tributaria le ha dado un impulso particular a la bolsa local, acota Marvin Loh, estratega global senior de BNY Mellon, mientras que los mercados emergentes se han beneficiado de la debilidad global del dólar y de un mejor ambiente en términos de precios de commodities.
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Todo esto sumado a un escenario global beneficioso para los activos de renta variable, agrega el estratega, dado los altos niveles de liquidez y las políticas expansivas que han tomado los principales bancos centrales del planeta.
Pero no es todo entusiasmo. Pese a que las miradas siguen volcada a la renta fija, las voces de duda plantean que "está todo caro".
Efectivamente, los niveles de valorización superan incluso los que se encontraban en otro punto álgido del mercado: el auge de las puntocom.
Según cifras recopiladas por Bloomberg, cuando el S&P 500 llegó a su peak del momento en marzo del 2000, un inversionista podía comprar un tercio de las compañías de ese índice por un ratio precio/utilidad inferior a 11 veces. Actualmente, sólo un 6% de las compañías están por debajo de ese umbral.
Si bien el múltiplo promedio en el selectivo era el mismo en esos dos periodo, la distribución entre las acciones ha cambiado, haciendo que más acciones estén "caras" al mismo tiempo.
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"Las valorizaciones estiradas son algo que me preocupa, especialmente cuando hay tan mucho menos espacio para errores, cuando esos errores surgen", comenta Loh, refiriéndose a sorpresas de corte político o de política monetaria. Sin embargo, agrega, el ambiente sigue siendo beneficioso para las acciones.
Lingard comparte que los precios de los activos están "caros", pero recalca que las acciones no están tan "caras" como otros activos financieros. Además, el mapa de valorizaciones no es homogéneo. Los activos "sobrevalorados" se concentran en EEUU, explica el ejecutivo de Franklin Templeton, pero hay "oportunidades atractivas" en otros mercados, como Japón y el mundo emergente. Este último segmento está entre un 35% y un 40% más "barato" que la renta variable estadounidense, dice.