El auge que han tenido las energías renovables no convencionales (ERNC) en Chile ha sido, sin duda, superior al esperado. Esto significa que han logrado ser lo suficientemente competitivas como para estar integradas a la matriz energética chilena a costos atractivos. De hecho, el mes pasado, este tipo de fuente totalizó el 20,2% de la generación del SEN (Sistema Eléctrico Nacional), representativo de casi la totalidad del consumo eléctrico del país.
Claramente, estamos ante una gesta muy relevante, dado que el resultado anticipa en ocho años la meta impuesta por el Estado de Chile, de que en 2025 al menos el 20% de la generación del país proviniera de fuentes limpias.
[ze_adv position="adv_300x100" ]
La tendencia al alza es muy clara. Por ejemplo, según datos de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), la capacidad instalada de las fuentes solares y eólicas aumentó más de siete veces en los últimos cuatro años, considerando que en 2013 había 299 MW instalados y actualmente tenemos 2.191 MW.
En esta misma línea, en Arauco estamos orgullosos de seguir este derrotero y de haber creído y apostado hace más de 20 años a desarrollar una filial que participa en el negocio eléctrico chileno sobre la base de biomasa forestal. Se trata así de una de las energías alternativas más estables presentes en el país, capaz de producir electricidad en forma continua, al no depender de condiciones variables como el viento, la radiación solar o de la disponibilidad hídrica.
[ze_adv position="adv_300x250-A" ]
La generación de energía a partir de biomasa forestal manejada en forma sustentable presenta múltiples ventajas, contribuyendo a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, aportando a la seguridad del suministro energético con ahorro en los costos de energía, generando oportunidades de desarrollo económico local y en el manejo de residuos.
*El autor es gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de Arauco.