Desde 2004 los agricultores y ganaderos de Brasil han protegido de la tala el equivalente a 14,3 millones de canchas de fútbol, una disminución del 70% en la deforestación en la Amazonía brasileña, según un artículo publicado por la revista Science.

"Brasil es uno de los favoritos para ganar la Copa Mundial de Fútbol, pero también es campeón del mundo en la mitigación del cambio climático", según afirmó Daniel Nepstad, autor principal del estudio y director del Instituto de Innovación para la Tierra.

La menor deforestación evitó la emisión a la atmósfera de 3.200 millones de toneladas de dióxido carbono, y en tan sólo 2013 representó una reducción del 1,5% en las emisiones globales.

Pero la continuidad de estos avances no está asegurada: con el aumento de la demanda de soya y carnes la tala de bosques maduros ha empezado a subir nuevamente, con un incremento del 28% el año pasado, advirtieron los investigadores.

La investigación, en la cual participaron diecisiete economistas y científicos de Estados Unidos y Brasil, llegó a la conclusión de que "la combinación de audaces políticas públicas, el rechazo en el mercado de los agricultores deforestadores, y el aumento de las áreas protegidas de la tala no impidió que creciera la producción de soja y carnes del país".

La tala de bosques maduros disminuyó de un promedio de 19.500 kilómetros cuadrados anuales en la década hasta 2005, a 5.843 kilómetros cuadrados en 2013, según el informe.

En gran medida la desaceleración en el ritmo de la tala de bosques en la Amazonía brasileña es resultado de la decisión de miles de terratenientes y especuladores en tierras que desde 2004 optaron por talar menos.

El estudio señala que entre fines de la década de 1990 y 2004 la deforestación amazónica, especialmente en el Estado de Mato Grosso -el mayor productor agropecuario de Brasil- aumentó debido a los buenos precios de la soya y la carne de vacuno en los mercados mundiales.

Pero desde 2004 la tendencia cambió y "hay una urgencia por hallar la fórmula mágica en todos los esfuerzos diferentes", indicó Toby McGrath, uno de los autores del estudio.