La administración de Obama gestionó con éxito su lobby ante la Comisión Europea para eliminar la legislación de la protección de datos a una medida que podría haber limitado la capacidad de las agencias de inteligencia estadounidenses para espiar a ciudadanos europeos, de acuerdo a tres altos funcionarios de la Unión Europea.
La medida -conocida en la UE como "cláusula anti FISA (Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, en inglés)", la ley que autoriza al gobierno estadounidense a espiar las llamadas telefónicas y correos electrónicos internacionales- habría anulado cualquier petición de EEUU a grupos de telecomunicaciones de entregar datos de ciudadanos de la UE, de acuerdo con documentos obtenidos por Financial Times.
Pero la salvaguardia fue desechada por los funcionarios de la Comisión en enero de 2012, a pesar de las afirmaciones de Viviane Reding, la principal autoridad de justicia de la UE, que indicaba que la exención habría detenido el tipo de vigilancia que fue revelada como parte del programa PRISMA, de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA, su sigla en inglés).
Los comisionados de la mayoría de los 27 miembros se opusieron a la medida, argumentando que tendría poco peso legal, ya que la mayoría de los trabajadores de las grandes empresas tecnológicas con información sobre los ciudadanos de la UE están en EEUU, antagonizando con el aliado más importante de Europa.
"(Los opositores) dijeron que haría más difícil la transferencia (de datos) y ya estaba claro en ese momento que habríamos iniciado negociaciones comerciales", dijo un funcionario europeo, en alusión a las negociaciones comerciales de la UE con Estados Unidos. "No queríamos ninguna complicación en este frente", agregó.
De acuerdo con funcionarios de la UE, la medida se produjo después de repetidas visitas a Bruselas de funcionarios de la administración Obama, incluyendo a Cameron Kerry, abogado del departamento de Comercio de EEUU y hermano del secretario de Estado, John Kerry, quien preside un grupo de trabajo responsable de examinar las leyes de intercambio de datos de la UE.
Janet Napolitano, secretario de Estado, presionó personalmente a los funcionarios de Bruselas, de acuerdo con un funcionario que participó en las deliberaciones: "los funcionarios de la Casa Blanca estaban haciendo las rondas aquí".
Los diplomáticos estadounidenses dijeron que no pueden comentar los detalles de los grupos de presión, pero reconocieron que sus puntos de vista fueron aceptadas por Bruselas.
William Kennard, embajador de EEUU en la UE, dijo que la ley de protección de datos fue "una importante pieza de la legislación" en la que se esperaba el punto de vista de EEUU. Los grupos técnicos estadounidenses, los que trabajaron con la administración Obama para tratar de debilitar la legislación de protección de datos de la UE, temían que la medida pueda forzar la elección del mandato: la demanda de Estados Unidos para obtener datos y las leyes de la UE que lo prohíben.
El director de privacidad de uno de los mayores grupos de tecnología de Estados Unidos, dijo: "Hubiera sido una pesadilla para nosotros."