El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, puso en marcha una investigación para determinar si el superávit en cuenta corriente de Alemania está perjudicando a la economía europea, lo que ha generado en Bruselas un acalorado debate sobre el papel de Berlín en la salud económica global.
El presidente de la Comisión Europea subrayó ayer que la "revisión en profundidad" es parte de su examen anual de las economías de la eurozona, y no tiene la intención de criticar la competitividad de la industria alemana o de la economía en general.
Sin embargo, advirtió que había partes de la economía alemana, en particular el sector de los servicios, que deben ser liberalizadas, y otros funcionarios de la UE pidieron a Berlín aumentar la inversión en infraestructura para estimular la demanda.
"Nos gustaría tener más Alemanias en Europa ", dijo Barroso. "Nuestro problema no es la competitividad alemana, sino que este país, motor económico de la UE, podría hacer más para ayudar al reequilibrio de la economía de la zona euro".
En Berlín, todos los partidos rechazaron las preocupaciones de Bruselas. Hermann Grohe, secretario general de la Democracia Cristiana de la canciller Angela Merkel, dijo que las exportaciones son "una piedra angular de nuestra prosperidad". Alexander Dobrindt, jefe del partido bávaro de la CDU, sostuvo: "No se puede reforzar a Europa debilitando a Alemania".
Los líderes socialdemócratas y verdes fueron igualmente críticos y Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, el banco central de Alemania, dijo que los estados de la eurozona afectados por la crisis no se beneficiarían mucho de una política fiscal más expansiva en el país.
"Espero que las autoridades alemanas comprendan y respalden nuestro enfoque", dijo. "Si hay un país que ha hecho hincapié en la necesidad de ser objetivo, de respetar las normas, ese ha sido Alemania", afirmó Barroso.
La decisión de la comisión se presenta cuando las naciones debaten si Berlín, a través de la mantención de bajos salarios en el país y la reducción del gasto en inversión interna, está obstaculizando el crecimiento en la zona euro y el mundo.
La última lucha interna fue impulsada por el ataque del Tesoro de Estados Unidos el mes pasado a Alemania por su superávit de cuenta corriente. Olli Rehn, jefe económico de la comisión, dijo que los países que luchan en la periferia de la zona euro no deben ver la investigación alemana como una oportunidad para relajar sus propias reformas, y señaló que el crecimiento de la demanda alemana no los ayudaría, a no ser que sus exportaciones sean más atractivas.
Pese a las críticas de la decisión de Bruselas, Berlín también enfrentó presión para la reforma económica en el país. Expertos económicos del país advirtieron ayer a Merkel contra revertir las reformas recientes.
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