Bruselas ha dado señales de una retirada de planes para obligar a los prestamistas europeos construir barreras en torno a todas sus operaciones de negociación de valores, ya que el foco de los reguladores se centra en estimular el crecimiento.
Michel Barnier, comisario europeo a cargo de la reforma de regulación bancaria en la región, dijo a Financial Times que cualquier implementación del informe Liikanen del año pasado sobre la estructura de los bancos europeos, tendría que “preservar su diversidad” y evitar “penalizar” a los prestamistas que estaban apoyando la economía.
Los funcionarios europeos están trabajando en un “análisis de impacto preciso” del informe Liikanen, encargado por la UE a expertos encabezados por el banquero central finlandés Erkki Liikanen. Barnier prometió establecer “opciones y prioridades”, antes del verano después de considerar “todas las opciones” para una reforma estructural.
Pero el comisionado aclaró que la recomendación central del informe -que las actividades de los bancos comerciales debería ser reagrupado en unidades capitalizadas por separado- amenazaba con socavar la frágil perspectiva de crecimiento europeo.
“No quiero penalizar el trabajo de los bancos, cuando trabajan en beneficio de la economía y la industria”, dijo Barnier, en el World Economic Forum la semana pasada, en Davos. “Claramente, una parte de las decisiones de mercado está ligada a apoyar a la industria y la economía”.
Las actividades de comercio de los bancos se dividen en dos grandes áreas: compra y venta en nombre de clientes, para lo cual los bancos necesitan almacenar valores en una práctica conocida como creación de mercado; y comercio propietario, que involucra a bancos comerciales con sus propios fondos.
Los comentarios de Barnier serán bien recibidos por los grandes bancos europeos, que podrían enfrentar de otro modo la amenaza de la costoso reestructuración, lo que le entregaría una ventaja frente a sus rivales estadounidenses.
Barnier dijo que estaba dispuesto a “seguir adelante tan pronto como sea posible de la agenda de reparación reactiva a una agenda proactiva”.
El informe Liikanen, publicado el año pasado, fue visto en términos generales como un reflejo de una propuesta anterior de Vickers al Reino Unido, establecidas para forzar a los bancos británicos a proteger sus operaciones de banca minorista. Pero Liikaen va mucho más allá que la comparable reforma estadounidense - la regla Volcker - que apunta a prohibir intercambio propietario en bancos.
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