Los problemas de la industria global de la caridad se profundizan a medida que las donaciones -pequeños regalos individuales y filantrópicos- continúan contrayéndose, mientras la demanda por servicios de organizaciones sin fines de lucro sigue aumentando, aunque expertos esperan una leve recuperación en 2013.
Las donaciones individuales -la mayor fuente de ingresos para las organizaciones de caridad- se contrajeron pronunciadamente en muchos países del occidente. Los grandes regalos filantrópicos y donaciones también se han desplomado después de la crisis financiera que perjudicó sus activos.
La lista de millonarios estadounidenses, en base a la información recolectada de donaciones sobre US$1 millón, muestra que las donaciones filantrópicas se han contraído desde los US$43 billones (millones de millones) a US$11 billones (millones de millones) este año -la mayor baja en la lista desde principios de 2000.
“Esto todavía es extremadamente difícil para muchas organizaciones sin fines de lucro”, dice Melissa Berman, presidenta de Rockefeller -asesores filantrópicos.
El informe de donantes millonarios de Reino Unido, elaborado por la Universidad de Kent estima que el valor total de las donaciones de caridad de £$1 millón o más, cayó por segundo año consecutivo en el período 2010-11 a £$1,24 billones, la más baja desde 2006-2007. En general, las donaciones del Reino Unido cayeron un 15% en términos reales a £$9,3 billones en 2011- 2012, la mayor caída en ocho años.
Muchos de los grupos más grandes y organizaciones sin fines de lucro multinacionales, también se han vuelto dependientes de las subvenciones del gobierno o contratos, que ahora están siendo recortados por los austeros presupuestos del sector público.
La austeridad de los gobiernos también está afectando a las grandes organizaciones multinacionales. Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la infancia, dice que sus ingresos cayeron un 7% a US$ 3,4 billones (millones de millones) en 2012.
Mientras tanto, las organizaciones de beneficencia han tenido que lidiar con la creciente demanda de sus servicios. City Harvest, una organización benéfica de Nueva York que acumula la comida que desechan los restaurantes dice que el número de visitantes a comedores comunitarios de la ciudad ha subido 15% desde la crisis financiera.
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