Si se mantiene el aumento de temperatura mundial y no se toman medidas para pasar a una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), al 2025, las compañías productoras de petróleo, carbón y gas corren el riesgo de sobreinvertir cerca de US$1,6 billones.

Esta es la principal conclusión del estudio "Mind the gap: the $1,6 trillion energy transition risk", desarrollado por Carbon Tracker Initiative, un think tank basado en Londres, especializado en investigaciones sobre cambio climático en el mercado financiero, que se ha transformado en un referente mundial en los últimos años.

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Metodología

El estudio tomó las proyecciones de demanda de petróleo, gas y carbón térmico para las próximas décadas, basado en la información de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) y las cruzó con el aumento que se espera en las temperaturas globales.

Por un lado, el "Beyond 2 Degrees" (estudio de la AIE) indica que el calentamiento global será en promedio de 1,75° celsius, que fue lo determinado por el Acuerdo de París. También se utilizaron los datos del Sustainable Development Scenario (SDS), que indica que será de 2°C y el del New Policies Scenario (NPS), que lo proyecta en 2,7°C, e incluye los escenarios locales de varios países.

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Las proyecciones con respecto al cambio climático se cruzaron con la producción de cada uno de los combustibles fósiles hasta el 2035, además de la inversión de capital hasta 2025 que poseen las propias compañías de este rubro, principalmente en las mayores naciones productoras, como EEUU, China, Brasil y Rusia, por nombrar algunas. "Las empresas que malinterpretan las señales e invierten demasiado en proyectos marginales de petróleo, gas y carbón, basados en una falsa sensación de seguridad, podrían destruir el valor para los accionistas en miles de millones de dólares", dice Andrew Grant, autor de la investigación, en el informe final.

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Los riesgos

Por ejemplo, el riesgo más elevado dice relación con el petróleo (US$1,3 billones). Incluso, el estudio indica que las nuevas inversiones es este sector son antieconómicas y el país más afectado sería EEUU, seguido por Canadá y China (ver gráfico).

Para hacerse una idea, el carbón tiene una gran influencia en las emisiones de CO2, produciendo alrededor de 50% de CO2 por unidad de energía más que el petróleo y cerca de 60% más que el gas. "En consecuencia, y debido a la facilidad de sustitución, en el sector de la energía, la demanda de carbón térmico es particularmente sensible a los resultados climáticos", dice el estudio. El informe sigue con el gas, advirtiendo que no será necesario generar más capacidad de GNL en al menos 10 años.

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"El estudio ratifica la tendencia de Chile y otros países a nivel mundial de abandonar el carbón para futuras inversiones en energía. Todo lo anterior, se ve aumentado en los últimos años por otro efecto en la industria, asociado a ciclos de proyectos con horizonte de más corto retorno (como es el caso del shale) y de fuentes no convencionales", comenta Juan Andrés Méndez, gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios Gasco GLP.

Por su parte, Andrew Grant también agregó que se espera, que se den esfuerzos internacionales para revertir de alguna forma las decisiones de seguir en este camino. Aunque, como ya ha declarado el Presidente de EEUU, Donald Trump, este país no dejará la senda de una economía basada en combustibles fósiles (ver recuadro), mientras que China, intenta seguir una ruta hacia las renovables.

El estudio concluye que los inversionistas están expuestos a un gran riesgo financiero innecesario en este tipo de combustibles, el que llegaría a más del 90% de la inversión en el caso del petróleo y el gas. Por otro lado, indica que los desarrollos tecnológicos (principalmente en energías limpias) combinado con políticas climáticas más fuertes y mayores exigencias de los inversionistas, prevén bajar los riesgos futuros de invertir en combustibles fósiles.