¿Cuánto consideraría usted un retorno “muy bueno” sobre una inversión? ¿Un 20%? ¿Un 35%? ¿Un 50%? Para la mayoría de quienes nos animamos a poner una ficha en alguna oportunidad, este tipo de retorno es bueno. Ahora bien, si lo que usted pensó al ver la pregunta es que “la respuesta dependerá del riesgo y del horizonte de tiempo de la inversión”, usted posiblemente sea un inversionista profesional.

Hasta hace poco, las inversiones en startups estaban fuera del alcance del inversionista promedio. De hecho, la categoría de “capital privado de riesgo” se gestó recién en la década de los 50s y 60s y consolidó en los 70s y 80s en EEUU. Previamente, las inversiones en empresas privadas eran de acceso exclusivo a las familias más hacendadas (Rockefeller, Vanderbilt y el resto de los “titanes de la industria”) y para inversionistas institucionales con buenos contactos. Eso ya cambió radicalmente. Hoy, más que nunca, casi cualquier individuo puede incorporar este tipo de activos a su portafolio.

La naturaleza ultra riesgosa de invertir en startups es quizás una de las barreras más significativas que los inversionistas primerizos se ven obligados a enfrentar. ¿Por qué invertir en un negocio donde se puede perder toda la inversión, en una industria dónde 9 de cada 10 startups fallan? La respuesta viene por el lado de que ese riesgo es recompensado -generalmente- con un altísimo retorno a la inversión, que puede llegar a ser más de 60.000% en casos como Facebook.

En Chile tenemos casos de inversiones que rindieron altísimos retornos: el caso de Portal Inmobiliario, que hace pocos meses fue adquirida por Mercadolibre por un precio de US$40 millones; el caso de ClanDescuento o Zappedy, empresas chilenas que fueron adquiridas por Groupon en unos US$10 millones cada una hace algunos años.

Pero, ¿cómo entra esa inversión ultra riesgosa en un portafolio de inversiones tradicionales? Hace poco salió a la luz un estudio por Tony Yeh (el director de Estudios del Silicon Valley Bank) que confirma que un portafolio diversificado un 5% en una canasta de inversiones de capital privado riesgoso, podía aumentar en un 12% su retorno, comparado con que hubiese sido asignado 60/40 solo a acciones y bonos ó 50/25/25 a acciones, bonos y bienes raíces . El secreto es que la canasta de empresas privadas -startups- tiene una muy baja correlación con el resto de las inversiones tradicionales del portafolio.

Por esto, invito a los inversionistas a pensar este tipo de inversiones riesgosas. Quizás pierda algo de dinero. Pero hay una posibilidad real de obtener muy altos retornos y de involucrarse muy de cerca con la dirección estratégica de una empresa naciente cuya industria a usted le apasione. Y si quisiera aprender más, no hay nada mejor que acercarse a alguna red local de inversionistas ángeles y pedir información y ayuda para comenzar.

*Entrepreneur in Residence, Red de Ángeles DaD-NEOS.