Carl Icahn abandonó su intento de impedir la compra total de Dell, la empresa que alguna vez fue el mayor fabricante de computadores personales, con lo que le despejó el camino a Michael Dell para sacar la compañía de la bolsa en un negocio de US$24.800 millones.
Un cambio reciente en las reglas de votación implica que sería "casi imposible ganar la batalla" por Dell, dijo el inversionista activista en una carta abierta, acusando al directorio de no importarle los intereses de los accionistas.
"En conjunto les preguntamos. 'cuál es la direfencia entre Dell y una dictadura' La respuesta: las dictaduras más funcionales sólo tienen que postponer la votación una vez para ganar", escribió Icahn.
Después de tres aplazamientos, los accionistas deberán votar en una reunión este jueves sobre la oferta de US$13,75 por acción que hizo Dell y su socio financiero Silver Lake.
La apuesta de Dell había estado a punto de colapsar hasta que el directorio aprobó un cambio en las reglas de votación el 2 de agosto para evitar que las abstenciones se puedan contar contra la oferta. Eso hizo que la mayoría de los observadores previeran que la oferta sería aprobada.
"Nosotros, por lo tanto, felicitamos a Michael Dell y pretendo llamarlo para desearle buena suerte (puede ser que la necesite)", contó Icahn.
Sin embargo, explicó que la oferta de US$13,75 de Dell y su socio financiero Silver Lake "subvalora en gran medida" a Dell, representando un precio "aproximadamente 70% por debajo de su máximo en diez años de US$42,38". Dell también acordó pagar un dividendo de 13 centavos por acción para persuadir a la empresa a cambiar sus reglas de votación.
La salida de Icahn es casi el acto final en un drama que viene desde mayo del año pasado, cuando Southeastern Asset Management se acercó a Dell, fundador de la empresa y su director ejecutivo, para discutir una adquisición potencial.
Dell, en cambio, busco cerrar un negocio con el respaldo de Silver Lake, un grupo de capital privado, mientras que Southeastern terminó asociándose con Icahn para tratar de obligarlo a pagar más.
El grupo de capital privado Blackstone, otro oferente, eventualmente se retiró, citando el pobre estado del mercado de los computadores.
Icahn propuso un número de transacciones alternativas que habrían implicado que Dell se endeudara en grandes cantidades para comprar de vuelta un alto número de sus acciones. Ninguno de sus intentos obtuvo respaldo financiero, sin embargo, un juez en Delaware el mes pasado acordó con el directorio de Dell que la empresa procedería con presentarle la propuesta a los accionistas esta semana.
Si el intento de Icahn por interrumpir la compra hubiera sido exitoso, el fabricante de computadores hubiera tenido que pagar una cuota por terminación de US$450 millones a Dell y a Silver Lake.
La disputa por Dell difícilmente escarmentará a Icahn, vistos por algunos como un invasor corporativo.
El inversionista reveló recientemente unaparticipación significativa en Apple, y se debería reunir con Tim Cook, director ejecutivo de la compañía, para cenar este mes, cuando se espera que haga lobby por un retorno mayor de efectivo a los accionistas.
Aunque su incursión contra Dell representará una ganancia de solo US$55 millones en una inversión de más de US$2.000 millones, él ha conseguido un número de incursiones más rentables en el mundo de la tecnología, incluyendo inversiones en BEA Systems y Motorola Mobility, los que fueron seguidos por las ventas de esas empresas.
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