Tradicionalmente la derecha ha tenido dos vertientes. Una conservadora, que aprecia por sobre todo los valores morales que surgieron junto con el advenimiento del Cristianismo, y que prefiere un manejo privado de la economía. Como esa cualidad lo sugiere, los cambios no siempre son bienvenidos. Y una liberal, que se centra en el individuo, su iniciativa y su libertad de decisión, para la cual el Estado constituye un mal necesario, por lo cual debe ser pequeño. Esta, sin otro particular, fundó la teoría de los Derechos Humanos.
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La izquierda, en cambio, cree en lo colectivo, rechaza los valores cristianos por considerarlos parte de un aparato represivo y plantea la necesidad de un Estado fuerte camino a la utopía. Como las relaciones tradicionales entre humanos implican explotación, es el Estado es el que debe velar porque eso no ocurra, y debe formar a la gente en consecuencia.
La DC vio la luz como un intento de unir esos dos mundos bajo la iluminación de la Iglesia Católica, introduciéndole al conservadurismo algunos aspectos de carácter social de los que antes carecía. Dicha inspiración también fundó, en parte, lo que hoy se denomina el Estado de Bienestar europeo.
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Por su falta de visión la DC nacional, que decidió en forma absurda vilipendiar y satanizar a la derecha sin tener la necesidad real de hacerlo, se va a encontrar impedida de participar en el Gobierno más DC desde Frei Montalva, lo cual parece absolutamente absurdo. Se nota que a esta altura no les queda más que el nombre.
En vez de estar en el poder, están corriendo el riesgo de desaparecer.
Cristián Gabler