Luego de las elecciones vividas el domingo corresponde que celebren quienes resultaron triunfadores. Pero creo que lo más importante es celebrar a Chile y su gente, quienes hicieron posible que se llevase a cabo un proceso electoral impecable, un lujo en todos sus aspectos, ordenado y respetuoso, en el cual los incidentes aislados no fueron capaces de opacarlo.

Un ejemplo para el mundo que nos debe hacer sentir tremendamente orgullosos de la madurez cívica que hemos adquirido. Un país republicano que a las dos horas de cerradas las mesas ya tenía un resultado que nadie podría cuestionar, sino que sólo reconocer al triunfador hidalgamente como lo hizo el candidato oficialista, con una caballerosidad poca veces vista.

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En definitiva, fue un acto republicano de tomo y lomo. El país habló fuerte y claro, se hizo respetar y le transmitió a quienes nos van a dirigir sus expectativas. Este proceso demuestra que este país no es de extremos, sino que es equilibrado, respetuoso y serio cuando llega el momento.

Daniel Lyon E. - Socio Palma Abogados