El caso Aurus, con la denuncia de un fraude en dos fondos de la administradora, ha remecido al sistema financiero local, no sólo por la cuantía de los dineros involucrados, sino porque constituye un fuerte daño a la credibilidad del mercado.

Tras los distintos casos de estafas piramidales por parte de entidades no bancarias que estaban fuera del radar del regulador -las que provocaron un alto rechazo de la opinión pública-, esta vez el foco de la atención está en una entidad fiscalizada por la Superintendencia de Valores y Seguros; por tanto, se trata de una empresa sobre la que periódicamente el mercado ha tenido información pública. Tal como lo han dicho algunos actores financieros, tal vez es sea imposible controlar todas las variables, especialmente cuando existe la intención de defraudar, pero a la luz de casos como este sí es posible plantear que existen espacios para mejorar la regulación. Cómo y quiénes valorizan los instrumentos complejos es un área en que ha quedado claro que se deben hacer perfeccionamientos en la institucionalidad.

El sistema financiero en Chile y en todo el mundo funciona sobre la base de la credibilidad, por lo tanto es recomendable ir cerrando aquellos espacios que no queden del todo definidos, para evitar que se repitan casos como este.