Entre promesas de "ganarle al mercado" que no duran más de tres años y el boom de los instrumentos de inversión pasiva, que tienen menores tarifas, la administración financiera activa no vive sus mejores días.

Y las perspectivas no tienen mucha cara de mejorar, según lo ve Bjorn Forfang, CEO adjunto de CFA Institute.

Para el ejecutivo, que viaja por el mundo promoviendo la ética y las buenas prácticas en la industria financiera, uno de los principales desafíos para ésta es lo que está sucediendo con las tendencias de administración.

"Las investigaciones muestran que la mayoría de los administradores activos no entregan valor a los inversionistas descontando las comisiones", explica Forfang, agregando que parte del problema se da por falta de transparencia en los montos y forma de pago de las tarifas que cobran los administradores.

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Además de un aumento en materia de productos cuantitativos que buscan reemplazar a los traders humanos con robots, este fenómeno ha llevado a un fuerte crecimiento en la industria de productos pasivos, como los ETF.

Según cifras de la consultora especializada ETFGI, la industria de ETF se ha más que duplicado, pasando de US$1.754.000 millones en activos administrados a escala global al cierre de 2012, a US$4.661.000 millones al finalizar el año pasado.

La tendencia no daría pie atrás tampoco, señala el CEO adjunto de CFA Institute, pero eso no significa que la administración activa vaya a desaparecer.

Para Forfang, el futuro de las inversiones está en un punto intermedio: una selección activa en instrumentos pasivos. "Todavía creo que la administración activa tiene un rol en el mercado. En la mayoría de los portafolios va a haber espacio para productos pasivos y activos", explica Forfang, agregando que se puede "usar los productos pasivos de una forma muy activa".

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En ese sentido, el ejecutivo asegura que la tendencia de la industria avanza hacia utilizar una selección activa en términos de asset allocation -al elegir, por ejemplo, mercados emergentes- pero ejecutarla a través de instrumentos pasivos.

A nivel de compañías, Forfang asegura que el fenómeno de crecimiento de la inversión pasiva ha provocado una mayor consolidación corporativa entre los administradores. Como una rotación de estrategia activa a pasiva comprime los márgenes de las firmas, las compañías grandes se están haciendo más grandes en búsqueda de escala para compensar. "Y eso es un gran desafío a la industria", advierte.

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