LA PRIMERA etapa, dice Andrés Chadwick, ya está superada. Esa era la de ejercer el rol opositor ante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet. Ahora, la derecha debe entrar, a su juicio, en otra fase, la de pasar a plantear propuestas de cara a los próximos desafíos electorales. Primero la contienda municipal de 2016, y luego la parlamentaria y presidencial del 2017, para recuperar los espacios perdidos.
Todo ello pasa antes por recomponer la unidad en las filas aliancistas, y establecer mecanismos para institucionalizar el trabajo de la coalición opositora a través de las directivas de la UDI y RN, y sumar en sus esfuerzos a movimientos como Evópoli y Amplitud, además del mundo independiente cercano a la centroderecha.
Siendo muy sincero, ¿realmente cree que hoy día están dadas las condiciones para lograr una unidad en la Alianza, con RN experimentado fisuras y mucha distancia con Amplitud?
-Si esto no se entiende así, nos va a impedir poder desarrollar un proyecto político o poder transmitir nuestra visión de sociedad con éxito en los próximos desafíos electorales, por lo tanto, esto es una exigencia y en el contexto actual pasa a ser una exigencia de país. Llegó el momento de terminar todas las dificultades de la Alianza y poner todo de nuestra parte. Una unidad institucionalizada es una exigencia, si no lo entendemos así, el costo será muy alto.
Más allá de una falta de unidad en el sector, quizás el análisis más duro es que hoy la derecha no existe. ¿Qué le parece esa mirada?
-A mí no me parece exacta, es una mirada desproporcionada. Lo que ha ocurrido es que han salido algunos elementos nuevos en el escenario político. No tuvimos el Gobierno durante 24 años, hay una actual administración ideológica, de carácter estatista, neosocialista como se le llama, que se ha planteado con una visión ideológica radicalmente distinta al camino de desarrollo social que habíamos seguido en el país durante 24 años.
¿Cómo oposición se encuentran entonces ante un nuevo cuadro político?
-Evidentemente ahora nos encontramos con un Gobierno que ha marcado un estilo político diferente, que en vez de buscar acuerdos y consenso que den permanencia y estabilidad a las políticas públicas ha buscado más la retroexcavadora, y vemos cómo dos ex Presidentes como Ricardo Lagos y Sebastián Piñera hablan de la encrispación del mundo político y de la necesidad de buscar acuerdos y generar unidad.
¿De qué manera impacta además la menor representación parlamentaria que hoy tiene la Alianza?
-Hoy día no tenemos la capacidad en el Parlamento de tener la fuerza suficiente para hacer prevalecer puntos de vista o poder forzar algún tipo de acuerdo, lo cual obviamente hace que aparezcamos disminuidos en el rol opositor, sobre todo cuando estamos con reformas tan profundas discutiéndose en el Parlamento.
¿Cómo se reconstruye entonces la centroderecha, con esta oposición disminuida en el Parlamento y considerando que sus líderes históricos están en segunda línea?
-Es un problema de tiempo. Eso ha marcado una diferencia en estos meses con los roles opositores que se vieron en el pasado y que estaban acompañados de una mayor capacidad de influir en la agenda legislativa, pero el enganche es un problema de tiempo que se vaya dando, y por eso la unidad es una exigencia, porque ya pasó el tiempo de tener nuestro rol opositor al de ser capaces de plantear nuestras propuestas, y eso tiene que ir permeando. Debemos ir mostrando una coalición unida, con ideas y fuertes en sus proyectos para que ese mundo social que está defraudado de la Nueva Mayoría y sintiendo los efectos de un frenazo económico muy acentuado pueda ir reconquistando confianzas. Lo más profundo que ha ocurrido en estos meses es que ha aparecido una oposición social, que ha ido marcando la agenda política en términos muy fuertes, con un rechazo mayoritario a la Reforma Tributaria, a la reforma educacional.
¿Cómo afecta al rol opositor que dirigentes históricos ya no estén en puestos de poder?
-A mí me gustaría decir que mucho, porque soy uno de ellos (ríe), pero creo que los pasos que dieron RN y la UDI en efectuar un cambio generacional con nuevos liderazgos era súper importante hacerlo y teniendo siempre presente que los que tuvimos un rol más preponderante en el pasado estamos colaborando a full, respaldando la acción de las directivas, cumpliendo un rol público, pero lo estamos haciendo desde lugares distintos.
¿Recuperar el Gobierno aparece ahora hoy como el desafío más trascendente para la Alianza?
-Sin duda alguna que tenemos la aspiración de poder recuperar el Gobierno, pero también tenemos muy claro que las cosas hay que hacerlas paso a paso e ir preparándonos a cumplir los desafíos anteriores a la elección presidencial, que es la municipal. Para prepararnos bien para los próximos desafíos electorales en la próxima municipal debemos actuar con total unidad, máxima generosidad y con los mejores hombres y mujeres que podamos presentar para poder conquistar el mundo municipal.
¿Pero quedó mal herida la centroderecha tras su derrota presidencial para ser un actor protagónico desde la oposición?
-Obviamente que las derrotas electorales se sienten, pero así como hubo un tiempo que destinamos a ver y analizar los errores que se podrían haber cometido, los problemas que no supimos abordar debidamente, también creo que hemos hecho el cambio de switch en el sentido de tener muy presente que la democracia ofrece oportunidades en plazos muy breves.
Con miras al 2015, ¿qué errores no debe repetir la Alianza para reposicionarse?
-En primer lugar consolidar la unidad, es un aspecto esencial para poder aspirar nuevamente a conquistar la mayoría de la ciudadanía. Ya lo hicimos y un elemento fundamental para haberlo logrado estuvo dado porque supimos construir la unidad a tiempo y enfrentamos la campaña parlamentaria y presidencial del 2009 con un trabajo unitario, previo, bien preparado, bien planificado, que fue un elemento eje para poder alcanzar el triunfo presidencial y una buena representación parlamentaria.
¿Cómo perfilar ahora entonces el rol de la oposición para repetir lo conseguido el 2009?
-Ahora el rol opositor debe ser muy claro, definido, con un perfil muy nítido, fundado en nuestra visión de sociedad para confrontarla con la que trata de llevar a cabo e imponer el Gobierno, y muy vinculado e incorporado dentro del mundo social.
Justamente se ha impulsado con fuerza la marca de "oposición social". ¿Es la línea correcta?
-Hoy hemos visto una expresión de oposición a las reformas del Gobierno fuertemente impulsada por las organizaciones sociales, y eso debe ser para nosotros un camino que nos indique cómo ir perfilando el rol opositor en apoyo y colaboración con ese mundo social que se está expresando. Además de eso, lo propio de la oposición es que nosotros debemos ir pensando ya en los plazos y en los tiempos para enfrentar los desafíos electorales y que se vayan haciendo más nítidas nuestras proposiciones.