La investigación china sobre cómo operan las empresas farmacéuticas occidentales en el país, se amplió ayer, después de que GlaxoSmithKline admitiera que miembros de su equipo había actuado mal.
Abbas Hussain, presidente de las operaciones internacionales de GSK, dijo que ejecutivos senior basados en China "parecieron actuar al margen de nuestros procesos y controles, lo que incumple la ley china".
En un gesto a las preocupaciones del gobierno chino sobre los cada vez mayores costos de la salud, Hussain se comprometió a reducir los precios de remedios en China, haciendo cambios a su modelo operativo que reduciría los costos.
El ministerio chino de seguridad pública señaló que Hussain también se disculpó en una reunión con autoridades de la policía el domingo.
Los movimientos de una de las mayores empresas farmacéuticas del mundo subrayan la creciente influencia de la policía y los reguladores chinos, que son cada vez más firmes al regular empresas extranjeras.
GSK está siendo investigado por la policía china por supuestas irregularidades tributarias y sobornos, parte de un complejo esquema que le habría dado a doctores dinero en efectivo y regalos a cambio de recetas médicas, utilizando a consultoras y agencias de viaje como intermediarias.
La policía ya detuvo a cuatro ejecutivos de GSK basados en China y le prohibió a un quinto director de finanzas, Steve Nechelput, que deje el país. LH/LS/AJ