Una amarga guerra de territorio entre los dos principales supervisores financieros, la Comisión Regulatoria de Banca de China (CBRC) y el Banco Popular de China (PBoC) está obstruyendo las reformas y esfuerzos para enfrentar los riesgos en el sector financiero, según funcionarios de ambas agencias.

Desde el exterior, el sistema chino puede parecer una estructura monolítica pero los distintos brazos de la burocracia a menudo se comprometen en batallas institucionales que pueden retrasar o incluso frustrar la política.

En sólo un ejemplo de lo rencorosa que se ha vuelto la  división, varias personas familiarizadas con la materia dijeron que el Consejo de Estabilidad Financiera presidido por el banco central, e incluyendo a los directores de los principales cuerpos financieros regulatorios habían cumplido sólo una vez desde que se estableció en agosto pasado. La disputa se da luego de una serie de defaults de alto perfil en las últimas semanas, incluyendo el primer default de bonos doméstico en la historia moderna y una pequeña corrida bancaria al este de China.

El Consejo no ha sido capaz de cumplir debido a la oposición del CBRC, que ha se ha opuesto de manera vehemente a lo que ve como una toma de poder por parte del PBoC.

En las últimas semanas el banco central, que tiene responsabilidad por la estabilidad financiera general en China, ha expresado frustración por la falta de disposición o incapacidad del CBRC para poner un freno a la actividad en los balances en el sistema bancario estatal, que se ha disparado en los últimos años.

El PBoC también siente que el CBRC es demasiado cercano a los bancos estatales y que no ha logrado manejar la escala de los créditos problemáticos en los bancos más pequeños.

"Uno de los principales  obstáculos a las reformas financieras en China ahora es el hecho de que el PBoC no piensa que el regulador bancario sea capaz de manejar los riesgos asociados con esa reforma", dijo una fuente familiarizada con la materia.

La más apremiante de esas reformas incluye un plan retrasado para introducir un seguro de depósito y la liberalización de las tasas de interés, que ya está en camino en el llamado sector bancario "en las sombras".

Ambas actividades tienen oposición de los bancos estatales, los cuales han disfrutado prácticamente de un monopolio en el sector financiero por décadas.

Mientras, funcionarios del CBRC sienten que se les culpa de manera injusta por no administrar los riesgos que fueron creados por el PBoC y sobre los cuales han advertido por años.

Tras la crisis financiera global en 2008, Beijing lanzó un estímulo basado en el crédito que ha visto los activos en el sector formal y en las sombras dispararse desde US$10 billones (millones de millones) a US$25 billones hoy, según Fitch Ratings.

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