China está expandiendo agresivamente sus planes para establecer una institución financiera global para rivalizar con el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático (BDA), que Beijing teme, están demasiado influenciados por Estados Unidos y sus aliados.
En reuniones con otros países en las últimas semanas, Beijing ha propuesto duplicar el tamaño del capital registrado para el banco propuesto, hasta US$100 mil millones, según dos fuentes familiarizadas con la materia.
Hasta ahora, 22 países en toda la región, incluyendo varios estados ricos del Medio Oriente -a los cuales China se refiere como “Asia Occidental”- han mostrado interés en el prestamista multilateral, que podría conocerse como Banco de Inversión de Infraestructura Asiático (AII, su sigla en inglés). Inicialmente se enfocaría en construir una nueva versión de la “ruta de la seda”, la antigua ruta comercial que alguna vez conectó a Europa con China.
La mayor parte del financiamiento para este prestamista provendría de China y se usaría en proyectos de infraestructura en toda la región, incluyendo una línea de tren directo de Beijing a Bagdad.
El impulso de China por una institución regional que controlaría, refleja la frustración de Beijing con el predominio occidental en los cuerpos multilaterales. Por años, los líderes chinos han demandado una mayor opinión en instituciones como el Banco Mundial, el FMI y el Banco de Desarrollo Asiático, pero los cambios para reflejar la creciente importancia económica y poder de China han sido dolorosamente lentos.
“China siente que no puede hacer nada en el Banco Mundial o el FMI así es que quiere establecer su propio Banco Mundial que pueda controlar”, dijo una persona involucrada directamente en las discusiones para establecer este organismo. “Hay mucho interés de todo Asia, pero China va adelante con esto incluso si nadie más se suma”.
El banco representaría un desafío directo al BDA, con sede en Manila, que China percibe como muy influenciado por su rival Japón. Si es establecido con US$100 mil millones, como propone Beijing, el AIIB ya tendría dos tercios del tamaño de los US$165 mil millones del BDA.
Japón y Estados Unidos son los mayores accionistas en el BDA, con 15,7% y 15,6%, respectivamente, y el presidente del banco ha sido japonés desde su fundación en 1966.
Entre los 67 países miembros del BDA, China tiene apenas 5,5% de participación, aunque su economía superara a la de Japón en términos de dólares en 2010 para convertirse en la segunda mayor del mundo.
China ha discutido sus planes para un AIIB con países en el Sudeste asiático, el Medio Oriente, Europa y Australia y también se ha contactado con Estados Unidos, India y su archi enemigo, Japón, según fuentes cercanas.
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