Los lideres de China están dando su señal más fuerte desde el 2015 de que el crecimiento de la segunda mayor economía del mundo podría desacelerarse y que están preparados para modificar la política si los riesgos financieros o comerciales amenazan con generar una fuerte desaceleración.

Se requiere un trabajo arduo para cumplir con las metas económicas de este año en medio de una situación geopolítica cada vez más complicada, según un comunicado publicado ayer por los medios estatales luego de la reunión del buró político encabezado por el presidente Xi Jinping. Si bien el crecimiento se mantuvo sólido en el primer trimestre, quienes hacen proyecciones aún prevén que la economía se desacelerará este año mientras las tensiones comerciales con Estados Unidos y la campaña para sanear el sector financiero sigan siendo factores negativos.

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Dado que el comunicado del buró político mencionó la necesidad de impulsar la demanda interna por primera vez desde 2015 y eliminó una referencia al desapalancamiento, los inversores están interpretando el cambio de tono como una señal de que el Gobierno puede aliviar las medidas de ajuste si se justifica. Las acciones en Shanghái registraron el martes su mayor alza en dos meses.

"Existe una profunda sensación de riesgo subyacente a la tranquila superficie y de que la actitud del liderazgo ha cambiado mucho", escribió en un informe Deng Haiqing, economista jefe de JZ Securities Co. en Pekín. "La atención asociada a la estabilización del crecimiento económico es la mayor desde 2015".

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Si bien las tensiones comerciales con EEUU se han ido moderando, el comunicado indica que los líderes están preparados para evitar cualquier posible agitación económica. El secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, dio indicios de una tregua el sábado en Washington, diciendo que está considerando un viaje a China y que está "cautelosamente optimista" en cuanto a que se pueden reducir las diferencias respecto de los asuntos comerciales.

"Frente a un entorno de una tensión incierta de comercio e inversión con EEUU, el Gobierno chino se ha dado cuenta de la dificultad de alcanzar el objetivo predeterminado de crecimiento", dijo Xu Jianwei, economista sénior para la Gran de China de Natixis SA en Hong Kong. "Este es un cambio de tono significativo, más que leve".

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Economistas encuestados por Bloomberg pronosticaron que el crecimiento se reducirá este año a cerca del 6,5%, al mismo nivel que el objetivo del Gobierno, y que luego continuará desacelerándose durante los próximos dos años. La expansión repuntó en 2017 por primera vez en siete años, acelerándose a un 6,9%.

Los líderes en la reunión pidieron "una reforma más audaz e iniciativas de apertura e implementación oportuna de las principales políticas de apertura", informó la agencia oficial de noticias Xinhua. También dijeron que China debe reducir los costos del financiamiento para las empresas.

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A medida que los roces con EEUU se intensifican sobre el desarrollo de industrias de alta tecnología desde la biotecnología hasta la robótica, el buró político también pidió avances en el desarrollo de tecnologías centrales y apoyo para nuevas industrias y negocios.

El Banco Popular de China redujo su coeficiente de reservas obligatorias la semana pasada, diciendo que la medida apuntaba a suavizar las posibles alteraciones de los niveles de liquidez y garantizar que los préstamos a la economía continúen. Los responsables de la política también han indicado en los últimos meses que un previsto ajuste de la política fiscal aún deja espacio para reaccionar ante acontecimientos macroeconómicos.