La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, fue puesta bajo investigación formal por un tribunal francés ante la sospecha de negligencia en un escándalo político que data de su época como ministra de Finanzas, bajo el mandato del ex presidente Nicolás Sarkozy.
La acción del tribunal, que se produjo luego de 15 horas de cuestionamientos el martes, lleva a Lagarde más allá en una investigación que podría avanzar por varios años más y que es una vergüenza para una figura internacional de tal nivel.
Se arriesga con poner en entredicho a Francia sólo tres años después de la renuncia de Dominique Strauss-Kahn al mando del FMI, luego de los reclamos de que el ex ministro de Finanzas de Francia y luego carta presidencial había atacado sexualmente a una empleada de un hotel.
El último caso viene de los reclamos de que un proceso de arbitraje, que entregó 403 millones de euros en 2003 al controvertido empresario Bernard Tapie por llegar a acuerdo en una disputa comercial con el estado, fue manipulado porque él apoyó a Sarkozy en la elección presidencial en 2007.
Lagarde siempre ha reclamado inocencia, negando cualquier rol impropio en el proceso de abritraje, que ella dice, fue independiente y en el mejor interés de los contribuyentes.
En un comunicado ayer, ella dijo que había instruido a su abogado para apelar contra la decisión de investigarla, lo cual estaba “fuera de mérito”.
“Después de tres años de procedimiento, la sola sobrevivencia de este reclamo es que a través de falta de atención pude haber fracasado en intervenir para bloquear el arbitraje que llevó a un final el litigio Tapie”, dijo Lagarde.
Su vocero dijo a Financial Times que Lagarde no renunciaría de su posición en el FMI, cuyo directorio hasta ahora la ha apoyado.
Lagarde viajó de regreso a Washington ayer y se espera que se reúna con el directorio ejecutivo del FMI. Fuentes cercanas al directorio dijeron que esperaría asesoría legal, pero es poco probable que la investigación formal sobre estos reclamos relativamente menores afecte su liderazgo. Luego de audiencias previas, el directorio ha “reafirmado su confianza” en Lagarde.
El vocero de Lagarde dijo que los cargos por negligencia eran relativamente menores, pero que, no obstante, pueden acarrear una pena máxima de un año en prisión y una multa de 15 mil euros si es condenada.
Quedar bajo investigación formal señala que el tribunal considera que hay evidencia de delito pero no siempre lleva a formulación de cargos.
El llamado “Affaire Tapie” ha enredado a varias otras figuras de la política francesa, incluyendo al ex jefe de gabinete de Sarkozy y a Stéphene Richard, ex jefe de gabinete de Lagarde en el ministerio de Finanzas y hoy director ejecutivo de Orange, el principal operador de redes de telefonía móvil de Francia. Richard y otros están siendo investigados por otro tribunal como parte de una investigación paralela.
Chrisopher Baker, miembro del equipo legal de Lagarde, dijo que la comisión del tribunal tenía seis meses para estudiar su apelación.
Dijo que si la apelación era rechazada, Lagarde entonces llevaría su caso a la Corte de Casación de Francia, la mayor autoridad judicial local, que probablemente tardaría otro año en alcanzar una conclusión.
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