Cerca de 650 taxistas se manifestaron este martes en Bruselas contra la nueva regulación del taxi propuesta por el ministro belga de Movilidad, Pascal Smet, que plantea las mismas reglas y condiciones para todos los servicios de "transporte remunerado de pasajeros", incluida la plataforma de chóferes Uber.
"Exigimos la renuncia de Pascal Smet, que quiere la 'uberización' del transporte remunerado de personas, porque necesitamos a alguien con quien podamos hablar y Smet no es la persona ideal", declaró a Efe Sam Bouchal, secretario general de la Federación Belga de Taxis (Febet), que convocó la protesta.
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En la actualidad, en Bélgica los taxis y "los vehículos con conductor remunerado" compiten sobre la base de dos regímenes diferentes, mientras que el nuevo plan que sugiere el Gobierno pretende que cualquier servicio de pasajeros sea considerado como de taxi, aunque con reglas más flexibles que las actuales.
Si hasta ahora la licencia de taxi debía renovarse cada año y se vendía de un conductor a otro debido al limitado número de permisos, el nuevo plan apuesta por la administración como la única encargada de otorgar tales concesiones, "lo cual legitimaría la presencia de Uber", según los taxistas.
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Las protestas comenzaron sobre las 05.00 hora local de hoy (03.00 GMT) en el cinturón exterior de la capital de las instituciones europeas, para interrumpir el tráfico de entrada a la ciudad.
A partir de media mañana, empezaron los problemas en el anillo interior, en las zonas de puerta de Namur, Louise y la salida Sainctelette, como la quema de algún neumático y retenciones alrededor del llamado barrio europeo.
Si bien las carreteras no fueron completamente bloqueadas porque la ley impide hacerlo, los taxis provocaron grandes retenciones en toda la ciudad.
Pasado el mediodía, los taxistas marcharon desde la Estación del Norte hasta la rotonda Schuman, frente a las instituciones europeas, lugar donde se produjeron enfrentamientos entre la policía y algunos taxistas independientes que no querían abandonar la plaza, a pesar de que Fedet ya se había ido.
Muchos taxistas europeos vinieron a apoyar a sus colegas, como Fernando Casanova, de Elite Taxi España quien reconoció en declaraciones a Efe que el problema fundamental es que "Uber le facilita la vida al usuario" por su simplicidad y accesibilidad, por lo que era necesario crear "un formato universal" con el que poder atender a "todos los usuarios".
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A partir de una denuncia de Elite Taxi contra Uber por competencia desleal en 2014 en un juzgado de Barcelona, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció el pasado diciembre que las autoridades nacionales pueden exigir licencia de taxi a la compañía estadounidense Uber, al considerar que se trata de una empresa de transporte y no de una plataforma digital.