Donald Trump acusó este sábado a sus adversarios demócratas de haber provocado el cierre parcial de la administración federal como una maniobra política, en momentos en que el Congreso intentaba alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto, justo al cumplirse el primer aniversario de su presidencia.
"Es el primer aniversario de mi presidencia y los demócratas querían hacerme un lindo regalo", ironizó el presidente estadounidense en una larga serie de tuits en los que dio muestra de su frustración por el fracaso de un acuerdo en el Senado para aprobar una extensión del presupuesto por cuatro semanas.
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La píldora es amarga para este magnate inmobiliario que durante su campaña se vanagloriaba de ser un maestro del arte de la negociación. El 45° presidente de Estados Unidos tenía previsto pasar el fin de semana en su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, para una cena de gala en la que pretendía recaudar fondos. Pero por ahora está bloqueado en Washington y la Casa Blanca no se ha pronunciado sobre el programa de la jornada.
Los primeros efectos de la paralización del gobierno federal se sentirán a partir del lunes.
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En las Fuerzas Armadas, los uniformados deberán permanecer en sus puestos, al igual que la policía, la guardia fronteriza, los agentes aduaneros y los operadores de vuelo en todo el país.
En la administración pública se mantendrán las operaciones de la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y reparticiones federales como la Oficina de Correos, aunque con menos personal.
Entre las oficinas de la administración pública que serán cerradas se incluyen la Dirección Impositiva, la Administración de la Seguridad Social y los Departamentos de Vivienda, Educación, Comercio y Trabajo, así como la Oficina de Protección Ambiental.
De acuerdo a en memo impartido tras la activación del cierre del gobierno Federal, en la Oficina Ejecutiva del Presidente solo permanecerán trabajando 659 funcionarios de un total de 1.715.
Otros de los efectos ha tocado al Departamento del Tesorom que suspendió al 83% de sus 88.268 empleados debido al cierre del gobierno federal.
Además, por el momento se torna prácticamente imposible prever cuánto tiempo perdurará esta situación, aunque los dos partidos ya iniciaron el estéril juego de distribuir responsabilidades por lo ocurrido.
"Hay soldados estadounidenses que se preparan para pasar seis meses en Kuwait y les preocupa que no se les pague enseguida. Es inconcebible", dijo el vicepresidente Mike Pence durante una escala en Shannon (Irlanda), donde se cruzó con militares de su país que se encontraban en tránsito hacia una misión en el extranjero.
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Las negociaciones se retomaron en la mañana de este sábado. Tanto los demócratas como los republicanos son conscientes de que ninguno de ellos tendrá beneficios políticos por esta parálisis.
Las televisiones estadounidenses, que en general hacen la cuenta regresiva de esta negociación, invirtieron el cálculo: ahora cuentan las horas y minutos desde el comienzo del cierre ("shutdown") este sábado a las 05H00 GMT.
El precedente de 2013
"Estamos en negociaciones constantes" dijo a Fox News Hogan Gidley, el portavoz de Trump, quien rechazó revelar las cartas que tiene para jugar.
El Senado tenía plazo hasta la medianoche del viernes para aprobar el proyecto de extensión del presupuesto, lo que ya hizo el jueves la Cámara baja, pero el Partido Republicano no consiguió, pese a las febriles negociaciones, los 60 votos necesarios para adoptar la medida.
La última vez que el gobierno federal estadounidense se vio forzado a paralizar sus actividades fue en octubre de 2013, durante el gobierno de Barack Obama, cuando 800.000 empleados públicos fueron licenciados durante 16 días.
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Trump acusa a los demócratas de perjudicar los intereses fundamentales del país.
"Los demócratas están más preocupados por los inmigrantes ilegales que con nuestros grandes Militares o con la Seguridad en nuestra peligrosa frontera sur", denunció en Twitter.
"Ellos podrían fácilmente haber llegado a un acuerdo pero en su lugar prefirieron jugar la carta del 'shutdown'", escribió el mandatario.
Más allá del presupuesto temporal, el cuarto desde septiembre, la mayoría republicana quiere adoptar uno definitivo para 2018, que cuente con cientos de miles de millones de dólares, principalmente para aumentar los gastos militares, una de las promesas de Trump.
La oposición demócrata bloqueó el acuerdo presupuestario al no incluirse una solución para los casi 700.000 inmigrantes beneficiados por el programa DACA, lanzado en 2012 por el gobierno de Obama, que les daba permiso para trabajar y estudiar legalmente en Estados Unidos. Trump no ha renovado este programa que vence el 5 de marzo.