El desempeño de los activos financieros durante el año pasado fue positivo, con rachas para las bolsas a escala global, algunas materias primas y la deuda de países emergentes. Pero los perfiles de riesgo crediticio son otra historia.

Según señaló S&P Global Ratings en su informe anual de tendencias globales de clasificación de riesgo, las condiciones de solvencia se han deteriorado en los últimos años.

Una de las variables donde se observa esto es en la proporción de soberanos categorizados como "investment grade" frente al universo de gobiernos con clasificación. Si bien esta cifra se elevó levemente en 2017, pasando del 52% en que cerraron 2016 a 53% al cierre del año pasado, sigue siendo su segunda medida más baja a nivel histórico.

[ze_adv position="adv_300x100" ]

Esto se explica principalmente por dos motivos, destacó S&P. Por un lado están las asignaciones de nuevas "notas" crediticias, que tienden a ser más bajas; por el otro está la incidencia de los "ángeles caídos", países que estaban en la categoría de investment grade y fueron reducidos a grado especulativo. En 2017, éste fue el caso de Sudáfrica y Omán.

A nivel de mercado, sin embargo, el efecto no ha sido tan dramático. Es más, las cifras de spread de bonos muestra que el optimismo fue el ritmo al que bailaron los mercados emergentes durante 2017. A nivel agregado, señalan agentes de mercado, si bien las tasas subieron por un alza internacional, los spreads se mantuvieron relativamente bajos.

[ze_adv position="adv_300x250-A" ]

Un caso emblemático es el de Brasil, el mercado más grande de América Latina, que hace dos semanas sufrió una rebaja en su nota por parte de S&P, pasando de BBB a BB-, es decir, perdiendo el grado de inversión. Esta medida se tomó citando una demora en implementar políticas de responsabilidad fiscal.

Sin embargo, el mercado de CDS se mantuvo tranquilo y los spread de los bonos no dio mayores novedades.

Según comenta Carlos Schneider, gerente de renta fija internacional de BICE Inversiones, no se han encarecido los cotos de emisión debido a un mayor apetito por riesgo, lo que le ha dado un soporte a activos emergentes. Este entusiasmo, acota, se basa en buenas perspectivas para las economía de estos países y un buen nivel de precios para los commodities, lo que tiende a favorecer a los activos emergentes.

[ze_adv position="adv_300x250-B" ]

El impulso alcista que registró esta clase de activos el año pasado se debió más a condiciones de mercado que a fundamentales, que son los que estarían reflejados en el comportamiento de las clasificaciones de riesgo, agrega Felipe Lubiano, jefe de renta fija latinoamericana en BCI Asset Management. Esto, principalmente debido a que tenían valorizaciones más atractivas y ofrecían más rendimiento que los mercados desarrollados.

El deterioro de la calidad crediticia también se vio reflejado en el comportamiento del escalafón más alto de clasificaciones de S&P: el AAA.

[ze_adv position="adv_300x250-C-net" ]

En este segmento, el número de países disminuyó de 12 en 2016 a 11 en 2017, dada la rebaja de la categoría de Hong Kong, a AA+, en septiembre del año pasado. Esta cifra dista del máximo alcanzado en 2011, cuando la cifra alcanzaba los 19 soberanos. Esto, explicó la agencia, se debe principalmente a reducciones en la Zona Euro en los últimos años.

"La erosión de la calidad crediticia de los soberanos clasificados explica la leve baja que hemos observado", indicó el informe de S&P estadounidense, agregando que "desde mediados de 2008 que las rebajas de clasificación superan a las mejoras".

Además, acotó la firma, el principal motivo por la caída de la clasificación de riesgo promedio es que "la mayoría de los ratings soberanos nuevos que se le han asignado a países en mercados emergentes o frontera han estado en la categoría más baja".