“Hacerse cargo de lo que ocurre en el entorno”. Así resume Claudio Melandri, gerente general y country head de Santander Chile el rol que hoy debe tener el sector privado ante el desafiante escenario político y económico. Coincide en que los recientes escándalos empresariales no contribuyen a mejor las confianzas, pero insiste en que lo importante es mirar a mediano plazo.
En esta entrevista Melandri habla de todo. Del diagnóstico de Chile, perspectivas para 2016, clima de negocios, Basilea III y los recientes escándalos de colusión: “No me gusta ponerme sobre el bien y el mal, ser general después de batalla, pero es un tema importante, que hay que cuidar y estar encima todos los días”.
Hace un año, en una entrevista a PULSO, usted insistía mucho en apostar por los consensos, ir de menos a más, ser más optimista. ¿Cree que en este 2015 se logró ese objetivo?
Hemos avanzado más lento de lo que a mí me hubiera gustado, y creo que este 2015 ha sido un año de dulce y de agraz, pues han existido consensos en torno a la necesidad de buscar caminos para recuperar y recomponer las confianzas. Sin duda hemos conocido hechos que nos han sorprendido a todos, pero sigo convencido que el camino es hacerse cargo de lo que ocurre en el entorno, no quedarse inmovilizado y enfrentar con optimismo lúcido lo que viene.
¿Cuál es su diagnóstico de Chile hoy, respecto del ambiente, del entorno, del clima de negocios?
Tal como decía, hemos conocido hechos que en nada ayudan a restablecer las confianzas público-privadas y la confianza de los ciudadanos, que en definitiva mueven la economía. Es lamentable lo que ha pasado, pero creo que también es bueno -mirando el vaso medio lleno- que este tipo de situaciones se enfrenten y veamos que en Chile la institucionalidad funciona.
En este sentido, con un entorno más complejo, con las confianzas dañadas entre el sector privado y la población, ¿es más difícil hacer negocios, es más difícil hoy ser empresario o ejecutivo?
No sé si es más difícil, pues creo que hay que corregirlo por lo que los ejecutivos años atrás también tuvieron que sortear. En la vida de un empresario, en la vida de un ejecutivo uno tiene que adaptarse, ir viendo cuáles son los movimientos del mercado para poder optar por la estrategia correcta de la empresa, corregida por las demandas sociales y las demandas que te impone el mercado o el regulador. Para eso estamos. El pedir que todo sea un mar calmo y navegar sin preocuparse, eso no existe. Siempre el mercado nos va poniendo desafíos y le irá mejor a los que sean capaces de leer bien qué pasa en el mercado y definir las estrategias para sortear los desafíos que te va poniendo el desarrollo de un país.
Por su posición se relaciona mucho con ejecutivos de otros países o directamente con el controlador en España ¿ha cambiado la visión respecto de Chile?
Hay confianza en Chile, es un referente para la región, por lo mismo se espera que las reformas se hagan de manera razonable para permitir que el país siga creciendo. A Chile se le ve como un país serio, con una institucionalidad que funciona, con una democracia que se ha fortalecido y que hoy tenemos procesos propios de un país desarrollado, procesos que hay que sortearlos haciendo bien las cosas. Creo que es evidente que el crecimiento económico debe venir acompañado de progreso social, y en Chile hay consenso en el qué, pero hemos fallado en el cómo. Hemos visto que reformas muy profundas se están haciendo con un diálogo unilateral, donde se convoca a todos a opinar, pero que finalmente son pocos los escuchados. Cuando ocurre eso surgen las trincheras, se termina polarizado el diálogo y esto pasa en todo ámbito. Estamos entrampados en una conversación que nos impide abordar los desafíos de fondo que también tiene nuestro país, como la antigua vocación por lo commodities que nos sigue poniendo en el umbral de la fragilidad económica.
El Chile que se anhela en las calles necesita de una base distinta, y hemos sido miopes para ver que esto es una urgente transformación que necesita nuestro país. Necesitamos hablar en una clave distinta, que acoja la posición de cada uno, y que no se limite a un eslogan, frases pre hechas o prejuicios que deslegitiman a cualquiera que quiera entrar a esta conversación.
De las reformas, de la agenda de Gobierno hoy en discusión, ¿cuál cree que es la más compleja, dónde es necesario tener más cuidado?
Más que la agenda de Gobierno, me preocupa más que el mundo empresarial haga una buena lectura de lo que ha ocurrido y que logremos conectarnos con lo que demanda hoy el país, y que a la vez seamos capaces de recuperar la confianza público-privada. Los temas no son las reformas, sino las maneras en que nos enmarcamos en el desarrollo del país y lo que la ciudadanía necesita. Y eso es comenzar a madurar, tener una perspectiva de largo plazo, de tener presente el bien común, no como una abstracción sino como una acción concreta de transformación positiva del entorno social donde nos corresponde actuar. De las reformas, obviamente que la reforma constitucional era inquietante por lo ambigua, entiendo que el debate hoy está recién comenzando y espero que todos sean oídos por igual y que la decisiones se tomen en función de lo que el país realmente necesita.
Me preocupa también la reforma laboral, no por Santander, pues tenemos una cultura sindical bastante arraigada. Me preocupa por su impacto en el país y porque en reformas tan fundamentales, como son la tributaria y la laboral, el último análisis que se hace es cómo afectan a las pymes, y las pymes deben ser siempre la regla y no la excepción. Aún se está discutiendo el efecto que tendrá en la pyme la reforma laboral, siendo que las cifras nos muestran que la mayoría de las empresas en Chile son la pymes; son el 96% del total, contribuyen con el 46% de la producción del país y generan el 58% del empleo.
Probablemente Santander tenga uno de los sindicatos más grande de Chile, ¿esta discusión laboral no pone una presión extra a sus relaciones laborales?
El banco tiene 24 sindicatos y aproximadamente un 68% de la gente sindicalizada, pero es un trabajo que venimos desarrollando hace tiempo. Nosotros, por ejemplo, tenemos un gerente de relaciones laborales que está en permanente contacto con el sindicato y que los acerca a la administración del banco. Permanentemente tengo reuniones con los sindicatos y con los que requieran reunirse conmigo. Los sindicatos tienen voz en el banco, participan del comité de comunicaciones internas, están informados de la marcha del banco, de nuestra estrategia, de los vaivenes del mercado, etc.
¿Y la negociación de BancoEstado, no sienta un mal precedente?
Creo que no nos pone ninguna presión, la presión, por lo que hemos visto, llega al sector público, pues son recursos fiscales los comprometidos. Nosotros nos hemos preocupado de tener una estrategia de comunicación con todos los trabajadores, ser respetuosos de las negociaciones colectivas y transparentes respecto de lo que podemos ofrecer y cumplir sin poner en riesgo la sostenibilidad de la empresa.
Santander proyecta para Chile un crecimiento en torno a 2,2% y un desempleo de 6,6%, ¿este es el piso?
Evidentemente que Chile tiene la capacidad de crecer sobre 2,2% y me gustaría que así fuera, pero para eso se requiere que se restablezcan las confianzas público-privadas y que el consumidor comience a ver con más optimismo el desarrollo del país. Las capacidades de las empresas y desarrollo del país están intactas y Chile es un país de muchas fortalezas macro, con más ahorro que deuda a nivel fiscal y con una economía solvente que le permite hacer frente a los cambios de ciclo. Sí me gustaría ver con mayor decisión todo el tema de concesiones en inversión en infraestructura pública, donde nos hemos ido quedando los últimos ocho o diez años, donde se ha construido poco; el país por esa vía puede tener más dinamismo y crecimiento mientras se recupera el ciclo de los commodities.