Que Hillary Clinton se coronó como victoriosa en el debate presidencial del lunes en la noche no hay duda. Pese a que al comienzo se mostró algo vacilante, luego fue tomando el ritmo sobre cómo atacar a su rival republicano, Donald Trump, interpelándolo directamente aunque con tranquilidad, tanto así, que en muchas ocasiones el moderador parecía ausente.
Tras el debate, las encuestas mostraron un claro triunfo para Clinton. De hecho, un sondeo de CNN mostró que 62% de los votantes pensaron que Clinton ganó el debate, en comparación con el 27% que le dio la victoria a Trump, el mayor margen en una encuesta post debate desde que CNN lleva registros (campaña de 1984).
Pero que Clinton haya ganado el debate no quiere decir que haya ganado la guerra. De acuerdo con el portal Fivethirtyeight, del estadístico Nate Silver (quien acertó con precisión los resultados en 49 de los 50 estados en la elección de 2008), las probabilidades de que Clinton se corone como Presidenta cayeron levemente en comparación con el día previo, quedando en 55,4% para Hillary, versus 44,6% para Trump.
El próximo debate será el 9 de octubre y el tercero, diez días después, y a juzgar por el historial de ataques mutuos con que se ha desarrollado la última etapa de la campaña, ellos podrían no estar exentos de sorpresas.