Por fin parece estar tomando forma un acuerdo para evitar el precipicio fiscal de EEUU, con al menos US$1 billón (millón de millones) en nuevos impuestos, hasta US$1 billón en nuevos recortes de gastos y un aumento en el techo de la deuda, mientras los negociadores se apresuran a llegar a un acuerdo antes de que finalice el plazo de fin de año.
Barack Obama, presidente de EEUU, y John Boehner, presidente republicano de la Cámara de Representantes, celebraron su tercera reunión cara a cara en ocho días en la Casa Blanca en medio de señales de creciente impulso en las conversaciones. Si llegan a un acuerdo en los próximos días, y son capaces de aprobarlo en el Congreso, eliminaría una nube de incertidumbre sobre la economía mundial.
El fracaso en evitar el precipicio fiscal - una combinación de US$600 mil millones anuales en aumentos de impuestos y reducciones de gastos automáticos por parte del gobierno a partir del próximo año - probablemente inclinaría a EEUU a una recesión el próximo año, una perspectiva que ha alarmado a inversionistas y al público estadounidense.
Señales de que las dos partes podrían estar acercándose ayudaron a impulsar las bolsas. En EEUU, el S&P 500 cerró con un avance de 1,19%.
William Stone, jefe de estrategia de inversiones en PNC, dijo que los políticos parecían comprometidos a forjar un acuerdo. "Creemos que podría haber más progreso esta semana que en las anteriores, dado que el Congreso tiene previsto salir para las festividades a finales de esta semana. Si no se avanza, se espera que los legisladores permanezcan en Washington durante las fiestas".
Pero llegar a un acuerdo sólo será el primer paso. En particular, Boehner puede enfrentar retos en aprobar la ley en la Cámara si es percibido por los miembros conservadores de haber hecho demasiadas concesiones en los impuestos. Se espera que discuta las conversaciones con miembros de su partido hoy. Algunos demócratas también podrían resistir a los términos de cualquier acuerdo si creen que Obama se comprometió con demasiada agresividad en cuanto a los recortes de gastos.
Un gran avance se produjo durante el fin de semana, cuando Boehner ofreció permitir subir las tasas de impuestos para las personas de mayores ingresos de 35% a 39,6%, abandonando su oposición al alza de impuestos que ha sostenido el partido por tanto tiempo y que Obama había estado exigiendo. Boehner ofrece un paquete valorado en cerca de US$1 billón en nuevos ingresos - incluyendo cerca de US$500 mil millones que se logra a través de una reforma fiscal que limita exenciones de impuestos y deducciones el próximo año.
Si bien esto es por debajo de los US$1,4 billones en ingresos que Obama está exigiendo, deja espacio para negociaciones sobre los detalles finales. Entre las opciones estaría la de elevar las tasas de impuestos para las familias que ganan más de US$500.000 o US$750.000 por año, lo que traería más ingresos que lo que Boehner está permitiendo.
Obama y Boehner todavía tiene que resolver la naturaleza de los recortes de gastos, incluyendo los populares programas de salud y pensiones, que los republicanos ven como esencial para cualquier paquete pero que muchos demócratas resisten.
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