Denominado por The Economist como el Silicon Valley latinoamericano, Chile aún tiene varios retos a los que hacer frente antes de consagrarse como tal. Uno de ellos, fomentar el emprendimiento desde las aulas.
Tom Kosnik, profesor del Stanford Technology Ventures Program (STVP) y quien ha desarrollado su carrera en torno a la innovación, como asesor de numerosas compañías, estuvo de paso en el país en el Instituto de Innovación Interdisciplinaria (Icubo) de la U. del Desarrollo, donde dio una charla magistral y se reunió con alumnos para hablar de innovación. El experto dio a conocer algunas de las claves para que Chile logre consagrarse como el Silicon Valley latino.
“Para que haya emprendedores, debe haber una cultura que lo fomente”, dice el profesor. “En Stanford, el 5% de los estudiantes que pasan por las aulas llegan a ser emprendedores. En parte esto se debe a que los alumnos están muy relacionados con emprendedores, la mayoría de sus profesores lo son o han estado muy vinculados a ello”.
“Otro de los puntos importantes, es que existan políticas públicas que fomenten el emprendimiento y que protejan a estos nuevos empresarios”, dice Kosnik. En Estados Unidos más del 50% de las pymes fracasa en el primer año y ceca del 95% se pierde en los primeros cinco años. Por lo mismo es que “no debe haber clase alguna de listas negras comerciales. En vez de eso, en Chile debería haber algo que dijera esta persona sí cumple”. Respecto a los fracasos, Kosnik dice que debe haber políticas que no los penalicen tanto como para impedir que vuelvan a intentar emprender. Una ley de quiebra más flexible podría ser la solución.
La innovación debe ser una filosofía de vida en los negocios. “Creo que resulta indispensable si un proyecto o negocio es de alto potencial. Hoy los mercados son muy dinámicos y la tecnología avanza demasiado rápido y esto da la oportunidad de mantenerse competitivo en la industria”.
El financiamiento es uno de los grandes temas. En Chile cerca del 65% de los emprendedores empieza su negocio con capitales propios. Esto estaría muy relacionado a la burocracia de los procesos para obtener el financiamiento. En cuanto a los capitales de riesgo, Kosnik cree que son importantes, pero él considera de mayor importancia a los ángeles, pues estos están más relacionados con el traspaso de experiencia, know-how y redes de contacto.
Culturas creativas para la innovación
La empresa MMC Consultores y la UDD desarrollaron una metodología para medir la creatividad en las empresas, “Cultura Creativa Corporativa” (C3). Este estudio sirve para saber cómo se vive la innovación dentro de las empresas chilenas y cuáles son las principales barreras a la hora de innovar. Por ello es que el próximo martes 30 de octubre habrá un desayuno en la UDD, donde se darán a conocer puntos importantes acerca del ranking de C3 frente a un grupo de empresas. Entre los expositores estarán: Cristóbal Undurraga, gerente de emprendimiento Corfo y Francisco Lozano, gerente de innovación de Arauco.