En sus primeros dos meses pasó de $1 a $8.000. Chaucha, la primera criptomoneda chilena logró un salto justo en momentos en que las divisas digitales se empinaban como activos altamente atractivos, con el bitcoin, la mayor por capitalización bursátil, trepando 1.403% en 2017.
Sin embargo, la moneda se ha desplomado en medio del desaliento global por este tipo de activos, a lo que se suma que la disputa entre los bancos y las plataformas que transan criptomonedas lastró el precio a 0,00001288 chauchas por bitcoin, equivalente a $75,2.
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De este modo, con el cierre de cuentas que sufrió Orionx, ahora el modo de adquirir una chaucha ha cambiado: hoy es necesario hacerlo mediante una plataforma internacional, adquiriendo bitcoins, para luego comprar chauchas.
Con este telón de fondo, si antes había un volumen de compra y venta diaria de 100.000 chauchas, hoy se ha reducido a 4.000. Es decir, una caída de 96%.
Los desarrolladores de la criptomoneda, señalan que "es ilógico seguir diseñando sistemas para la compra y venta con chauchas si no es posible comprarlas, por eso hemos dejado esta rama de desarrollo en pausa hasta que se normalice la situación de los exchanges (plataformas transaccionales)".
Respecto de la disputa entre bancos y las plataformas, señalan que "hemos decidido tomar una posición neutral, pero al mismo tiempo dejamos en claro nuestro apoyo hacia los exchanges y todos los demás participantes en este ecosistema".
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Sin embargo, explican que "entendemos el miedo y la falta de conocimiento que han demostrado los bancos e instituciones en estos últimos meses, y seguimos dispuestos a compartir todas las experiencias y conocimientos que hemos adquirido en estos 8 meses de funcionamiento de la chaucha, porque es necesario llegar a un acuerdo entre todos los involucrados".
Con todo, comentan "que la inversión en este tipo de tecnología (como la chaucha) seguirá siendo una parte importante de la economía en la actualidad y en el futuro".
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El enfrentamiento entre las plataformas y los bancos se produjo luego de que lestos últimos decidieran cerrar las cuentas corrientes a las plataformas de criptodivisas, aludiendo a problemas para identificar quiénes estaban detrás de estas transacciones.
A fines de abril el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) decidió otorgar la medida precautoria solicitada por Buda (plataforma transaccional), determinando que Itaú y BancoEstado tienen que abrir una cuenta corriente a la firma, al menos mientras dure el proceso en el tribunal.
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El tema ha sido motivo de análisis por diversos reguladores. A principios de abril, el Consejo de Estabilidad Financiera señaló que si bien estos activos no son una amenaza para la estabilidad financiera, la compra de estas constituyen "una actividad de alto riesgo" debido a su volatilidad.