Desde octubre del año 2000 que la confianza de los consumidores y empresarios de la eurozona no era tan elevada. Así lo evidenció el Indicador de Sentimiento Económico (ISE) presentado ayer por la Comisión Europea.

La última medición mostró una confianza de 116,0 puntos, lo que implicó un aumento de 1,4 puntos en relación a la muestra anterior.

La principal causa de esto está dada por el máximo histórico en la confianza del sector industrial de la zona euro de 9,1 puntos, junto con el avance del sector minorista. Al mismo tiempo, la confianza de consumidores también tuvo un importante avance, ya que alcanzó su nivel más alto desde el año 2000, con 0,5 puntos.

Cuatro de las cinco economías más grandes de Europa no retrocedieron. Los dos avances más significativos fueron Francia, que aumentó la confianza en 2,3 puntos y Alemania que aumentó en 1,6. Más atrás quedó Holanda, que registró un aumento de 0,7 puntos, e Italia, que no tuvo variación con respecto a la medición pasada.

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Madrid retrocede

España fue la única de las grandes economías europeas que tuvo un retroceso. Según el ISE, el país hispano retrocedió 0,8 puntos, motivado luego de que en diciembre se viera empeorada la situación de la industria, los servicios y la construcción; sin embargo, se registró un avance en la confianza mostrada por los consumidores y por el sector minorista.

No solamente el Indicador de Sentimiento Económico dio buenas noticias para el continente. Junto con esto, el Indicador de Clima de Negocio (BSI) aumentó en 0,17 puntos. De esta manera, alcanzó el mejor registro desde 1985 en 1,66 puntos.

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Para esta medición, la Comisión Europea destacó, entre otras cosas, la mejoría de la cantidad de pedidos por parte de las gerencias empresariales, los inventarios de productos acabados y la producción, mientras la valoración de los pedidos para las exportaciones quedó sin mayor variación.

Una de las malas noticias para los 19 países pertenecientes a la zona, es que no se pudieron incrementar las previsiones de inflación al consumidor, un hecho que era relevante para que el Banco Central Europeo pueda acercar la inflación a su objetivo de un poco menos del 2%. En noviembre se registró una inflación de 1,5%, y en diciembre fue de 1,4%.

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Se espera que el Banco Central Europeo mantenga una política monetaria expansiva, a pesar que la zona euro tiene una de los mayores crecimientos económicos en la década.