Si bien el rango esperado para el crecimiento de octubre era amplio, había una inclinación para el terreno negativo. Y así fue: -0,4% interanual. Esta cifra está por debajo de las estimaciones del mercado, que esperaba una nula variación en el décimo mes del año. Además, se trata de la primera cifra negativa desde 2009. Lo anterior ha sido el resultado de un Imacec minero de -7,1%, mientras que el no-minero aumentó sólo 0,3%. La manufactura tuvo un mal mes, en contraste con los servicios.
La información proveniente del Banco Central confirmó, por lo tanto, que los brotes primaverales se congelaron. ¿Podrá esto echar abajo la incipiente mejora de ánimo que se estaba viendo? Esa es la inquietud que dejó planteada el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en una entrevista el domingo 4 en La Tercera. A su juicio, es una alerta “pero es un solo dato [...] No debe imperar el pesimismo”. Llamó a mirar hacia adelante y no con el espejo retrovisor, a que no haya una sobrerreacción a los datos mensuales y afirmó que un bajón anímico sería innecesario.
Más allá de que -de manera coincidente- ayer se divulgara la confianza empresarial, el IMCE, que volvió a anotar un retroceso, marcando 32 meses consecutivos en terreno negativo, la autoridad tiene razón en sus argumentos, así como también tenían razón quienes criticaron su optimismo de hace algunos meses, cuando por unos pocos datos puntuales habló de señales primaverales.
En todo caso, lo más probable es que este magro dato de crecimiento de la actividad no cambie en gran medida las perspectivas de los empresarios ni de sus inversiones futuras; no obstante, posiblemente se corrijan las estimaciones-proyecciones de los economistas para los últimos dos meses de este año y, lo que es más preocupante, las visiones para el próximo año. Podría darse, por ejemplo, que se afirmaran expectativas bajo 2% para el próximo año. Actualmente, el mercado tiene en promedio un avance de 2% para 2017.
Entonces, resulta interesante aprovechar esta coyuntura, esta contractiva cifra de octubre, para avanzar en actuaciones que apunten a mejorar el ambiente de negocios. En la misma entrevista citada, el ministro destacó varias decisiones que el Gobierno ha adoptado y que van en la línea de mejorar la confianza de los empresarios, como el enfoque de la discusión previsional, la propuesta de reajuste salarial para el sector público o un Presupuesto 2017 apegado a la regla fiscal. Estos aspectos deben continuar, pero no se debe perder la oportunidad de atreverse a dar algunos pasos más allá. Pasar de una estrategia defensiva -que no le pasen más goles- a una estrategia más ofensiva, con el propósito de dar pasos hacia medidas concretas en favor del crecimiento.
También será importante que los presidenciables estén a la altura de la discusión, para no agregar una mayor incertidumbre con propuestas poco reflexivas o sin rigor técnico.