Correa avanza hacia un tercer gobierno

Seis kilómetros separan el Palacio Carondelet, la sede del gobierno ecuatoriano, del edificio donde funciona el Consejo Nacional Electoral (CNE). Un trayecto que tomaría sólo 10 minutos en auto para el presidente de la República y su escolta. Pero no. Rafael Correa, en un acto muy propio de él, decidió ponerse un casco, montar una bicicleta y desafiar la temperatura y congestión de Quito pasado el mediodía. Acompañado de decenas de adherentes y entre medio de globos multicolores, pedaleó hasta el norte de la capital para inscribir su candidatura a la presidencia de Ecuador.
Correa ya sabe de estas lides. Es la tercera vez que compite por la primera magistratura, y tal como fue su trayecto en bicicleta por las calles de Quito, parece que ésta será una carrera sin muchos obstáculos y con relativa comodidad.
Como presidente en ejercicio, a Correa lo avala un enorme respaldo ciudadano. Según la consultora Mitofsky, es el mandatario latinoamericano con la mayor aprobación de la región, un impresionante 81% en 2012. Y no sólo eso. Desde que llegó a la presidencia en 2006 su nivel de aprobación no ha bajado del 50%.
CALMA POLÍTICA Y GASTO PÚBLICO
Antes de la llegada de Correa al poder, Ecuador sufrió una grave crisis política que se manifestó en el desfile que hcieron siete gobernantes en 10 años. Entre ellos, Abdalá Bucarán y Lucio Gutiérrez. "Después de ese período, hay que decir que el gobierno de Correa ha traído bastante estabilidad política a Ecuador", dice Diego Moya-Campos, analista para América Latina de IHS.
A juicio del analista, Correa goza de aprobación y popularidad debido, entre otros, a la aplicación de políticas de inclusión social, que han sido bien recibidas por algunos sectores de la pobación. “El tema de la desigualdad social ha estado al tope de la agenda política del mandatario”, señaló a PULSO.
Los números muestran que desde la llegada de Correa al poder el gasto público, como porcentaje del PIB saltó desde un 2,8% en 2006 a un 12,8% en 2012.
Este es el principal factor que explicaría el enorme respaldo ciudadano a la gestión del mandatario y que otorga la legitimidad que Correa necesita para profundizar un modelo de socialismo, que pese a ser apoyado por la mayoría de la población, despierta inquietud en algunos. Recientemente Correa anunció el incremento de un bono de US$35 a US$50 a los sectores más desposeídos del país, recursos que, según Diego Moya-Campos, saldrían del bolsillo de la banca.
MÁS ESTADO, MENOS IED
La propuesta de Correa, al igual que la de los presidentes del bloque de izquierda en la región es clara: la absoluta primacía del Estado en todos los ámbitos de la sociedad y principalmente en el económico.
Siguiendo el modelo de Hugo Chávez, Correa ha impulsado la intervención del Estado en el mercado. “Hemos visto desde la renegociación de términos y condiciones petroleros hasta un incremento de este discurso nacionalista”.
Bajo el argumento de defender sectores estratégicos para el país, el gobierno ecuatoriano en 2006 declaró la caducidad del contrato que permitía a la empresa a extraer unos 100.000 barriles diarios de crudo en la selva de la Amazonia. Recientemente el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) ordenó al país a cancelar unos US$2.300 millones a la petrolera estadounidense Oxy. Correa anunció que no lo hará y además retiró al país de la institución.
A juicio de Moya-Campos, esta política no ha hecho más que ahuyentar la inversión extranjera del país. El analista asegura que Ecuador no da garantías para el desarrollo de negocios, una maniobra poco acertada, teniendo en cuenta que Correa busca diversificar sus ingresos hoy concentrados en la exportación de banano y petróleo.
“Esta política intervencionista y de retórica con respecto al rol del Estado y el sector privado en la economía están creando ciertas dificultades a Ecuador para poder atraer inversiones y tratar de vender al país como un destino interesante para el resto del mundo”. Según cifras del Ministerio Coordinador de Política Económica, y el Banco Central de Ecuador, la Inversión Extranjera Directa (IED) en Ecuador promedia 0,78% entre 2006 y 2011.
Al parecer Correa no tendría contrapesos para seguir profundizando su proyecto socialista. Al igual que los primeros años del gobierno de Chavez en Venezuela, la oposición está completamente fragmentada y sin ninguna capacidad de crear una plataforma que contrarreste al movimiento oficialista Alianza País.
El sábado, al ser proclamado como candidato a la presidencia Correa dijo: “estamos haciendo historia y llevaremos a la victoria nuevamente a la revoluciónciudadana”.
En febrero proximo Correa podría extender por cuatro años más su estadía en el Palacio Carondelet, completando 12 años de un proyecto que parece no aflojar.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
Todo el contenido, sin restriccionesNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE