Desde marzo de 2009 a enero de 2018, el S&P 500 pasó de menos de 700 puntos a más de 2.800, o un 18% de rentabilidad anual. Listo. Esta es mi explicación para el intento de corrección de la semana pasada y la corrección de verdad que venga en el futuro.
Para nuestra desgracia, la bolsa no puede crecer indefinidamente a un 18% anual, simplemente porque las utilidades de las empresas en su conjunto no lo pueden hacer. Las utilidades tienen años buenos y años malos, pero su crecimiento tiene como techo el ROE, y éste no puede ser un número absurdo en el largo plazo. Con la tasa de reinversión de utilidades actual de 60% se necesitaría un ROE del 30% para hacer sustentable el crecimiento del 18%. Y aun cuando las empresas americanas "lucran" mucho más que las chilenas, su ROE no llega a la mitad de ese valor.
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La historia de la bolsa americana confirma también un crecimiento mucho más modesto que el visto en los últimos nueve años. En cualquier período largo de tiempo (30 años), independientemente si usted parte en la cima de una burbuja o en el fondo de una crisis, la bolsa entregó un consistente 7% real anual como retorno total, lo que equivale a un 9% nominal.
Por lo tanto, los desvíos por exceso de optimismo (o de pesimismo) con respecto a lo que pueden dar las empresas están condenados a corregirse en algún momento. Esto, todo el mundo lo sabe; cuándo va a ocurrir la corrección, nadie. En 1995 el S&P 500 estuvo a 500 puntos; en 2000 a 1.500 (se triplicó); en 2002 a 800 (se fue a la mitad); en 2007 a 1.500 (se duplicó); en 2009 a 700 (se fue a la mitad); en 2018 a 2.800 (se cuadruplicó). Volátil, sí; malo, no.
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Lo primero que podrá notar es que en vez de apostar al futuro usted puede aprovechar el presente que de tanto en tanto ofrece importantes descuentos, y sacar más que ese 9% anual del que le hablé anteriormente. De ahí el dicho de que cuando más plata se gana es en los bear markets, solo que uno se da cuenta de eso unos años después.
Lo segundo, y más importante aún, es recordar que detrás de cada "papel" que usted tiene hay una empresa especialmente creadas para ganar plata, por lo tanto, no hay error de timing que el tiempo no vaya a corregir. Muchas veces el largo plazo es bastante más predecible que el corto, y así como no sé si mi hija de 10 años va a estar pesando más o menos en los próximos meses, sí me atrevo a apostar que en diez años va a estar con muchos kilos más. Lo mismo para mis empresas.
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*El autor es Ingeniero Civil PUC y MBA The Wharton School (@tomcasanegra)