La Unión Europea avanzaba ayer hacia un plan para aliviar (pero no levantar) su embargo de armas contra Siria en momentos en que diplomáticos buscaban un compromiso entre la intención de Reino Unido de intervenir con mayor fuerza en la guerra civil del país y el profundo rechazo de otros estados miembros.

Un plan de Alemania y Holanda suspendería el embargo de manera que los gobiernos pudieran, bajo estrictas condiciones, proveer armas a grupos opuestos al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad.

Pero la suspensión no se activaría hasta julio o agosto, luego de una conferencia de paz internacional organizada por Estados Unidos y Rusia. Otro tema de discusión fue si se gatillaría automáticamente o si necesitaría de la aprobación unánime de todos los 27 estados miembros.

Laurent Fabius, ministro de Relaciones Exteriores de Francia, advirtió que había crecientes señales del uso de armas químicas en un conflicto que ya ha cobrado más de 80 mil vidas. Hay "indicadores fuertes y mejor sustentados del uso de armas químicas a nivel local".

Reino Unido y Francia han presionado a otros gobiernos por meses para levantar el embargo de armas para forzar al presidente sirio a negociar. William Hague, secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, dijo que era importante enviar una "clara señal" al régimen de Assad de que "tiene que negociar en serio".

© The Financial Times Ltd. 2011