El crecimiento del sector manufacturero de China repuntó inesperadamente en noviembre, a pesar de las medidas del Gobierno contra la contaminación del aire y un enfriamiento del mercado inmobiliario que podrían pesar sobre la segunda economía más grande del mundo.

Los datos deberían ayudar a reducir, al menos por el momento, las preocupaciones de que la campaña de Pekín para frenar los excesos en el sector financiero y su guerra contra el esmog podrían causar una desaceleración de la economía china mayor que la prevista.

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El Índice de Gerentes de Compras (PMI, por su sigla en inglés) oficial del sector fabril reportado el jueves se situó en 51,8 en noviembre, en comparación con 51,6 en octubre.

La lectura se mantuvo por decimosexto mes consecutivo sobre el nivel de 50 puntos, que separa el crecimiento de la contracción en la actividad según una base de comparación mensual.

Analistas consultados por Reuters habían estimado una cifra de 51,4, lo que habría supuesto un segundo mes consecutivo de bajas después de que en septiembre saltó a un máximo de más de cinco años.

Por su parte, la expansión del sector de servicios de China también se aceleró en noviembre, mostró otro sondeo oficial. El PMI del sector no manufacturero subió a 54,8 en noviembre desde 54,3 en octubre. Un subíndice para el sector de la construcción se elevó a 61,4 desde 58,5 en octubre.

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