Si bien dar a los compradores tiempo para pagar ha sido siempre la herramienta básica del comercio, el crédito al consumidor en este aspecto moderno de pago a plazo, créditos al consumidor y, eventualmente, la tarjeta de crédito fueron un subproducto de la Revolución Industrial, un período que proclamó una nueva era del consumismo.
Los trabajadores de las fábricas que inundaron ciudades como Manchester en Reino Unido o Nueva York en Estados Unidos fabricando ropa y vajilla, y más tarde televisores, refrigeradores y autos, se convirtieron en una nueva casta de consumidores así como de productores. El pago retrasado para ciertos bienes y servicios fue posible gracias a los salarios pagados en intervalos regulares, pese a que esto fue relativamente bajo.
Mientras, el consumo se convirtió en el nuevo credo y el crédito alimentó las ventas de bienes, los cuales en cambio generaron rentabilidad y crecimiento económico. Y eso incrementó el consumo ayudando a elevar los estándares de vida.
El crédito se hizo cada vez más sofisticado con American Express y Bank of America lanzando tarjetas de crédito en 1958. Si bien la demanda en Estados Unidos y Europa ha caído desde la crisis financiera, el crédito al consumo una vez más está en una fase de innovación.
Han emergido nuevos modelos, como las plataformas de préstamo peer-to-peer, que permite a los individuos prestarse entre ellos y a pequeñas empresas, con la promesa de que son capaces de entregar crédito a medida que los grandes bancos se desapalancan.
También ha habido un auge de una serie de compañías de préstamo que han estado en el ojo del huracán de políticos y grupos de consumidores por las altas tasas de interés que cobran.
Sin embargo, hay dos desafíos principales para nuevos y viejos proveedores. Primero, el remezón de la crisis financiera ha debilitado el gasto del consumidor y muchos clientes se están enfocando en cumplir con los pagos en vez de tomar nueva deuda.
Segundo, la creciente investigación regulatoria después de las bajas tasas de interés y una rápida expansión del crédito bancario llevó a un aumento en la deuda de los hogares a niveles insostenibles en los años antes de 2008.
En parte por estas razones, aquellos buscando desarrollar carteras de créditos retail se están volcando hacia las crecientes clases medias de mercados como India, Rusia y Europa oriental.
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