Afuera de una fábrica en Dongguan, una ciudad en el corazón manufacturero de China, autobuses escolares van a dejar a niños cuyos padres trabajan en la fábrica de juguetes Maisto, que elabora automóviles de colección Bburago y autos a control remoto.

Cerca de 120 niños viven en residencias estudiantiles en el sitio de la fábrica. Alrededor del 40% de los 3.000 trabajadores de Maisto ahora viven con sus parejas e hijos y algunos de los dormitorios, diseñados para los jóvenes trabajadores solteros, están siendo modernizados para hacerlos más adecuados para las familias.

Si la fábrica de juguetes busca retener a los trabajadores en esta nueva era de escasez de mano de obra en China, entonces este tipo de inversión es necesario, dice el director Michael Liu.

Los habitantes de China en edad de trabajo, definida como aquellos entre 15 y 59 años, se redujeron en 3,5 millones el año pasado a 937 mil, como consecuencia de la política del hijo único en las últimas tres décadas.

A medida que el número de trabajadores disponibles cae, las fábricas luchan no sólo por encontrar nuevos empleados, sino también por retener al personal existente. Una fuerza laboral joven y educada exige más de sus empleadores. En este contexto, las condiciones de trabajo son tan importantes como el salario.

"Queremos darles un sentido de pertenencia y el sentimiento de ser respetados", dice Liu, refiriéndose a los esfuerzos de la compañía que van desde una  mejor vivienda para los empleados hasta solicitar sugerencias de ellos en la fábrica.

En este entorno, el salario mínimo - que aumentará a 1.310 renminbi (US$211) en mayo en Dongguan - significa poco. Muchos empleadores ya pagan mucho más que el requisito legal.

"A los trabajadores no les importa cuál es el salario mínimo. Ellos esperan ser compensados a la tasa del mercado", afirma Willy Lin, propietario de una fábrica de suéteres en Dongguan. "Dada la masiva escasez (de trabajo) que nos enfrentamos, no estoy seguro de si algún método funcione alguna vez".

David Liu, dueño de un fabricante de carteras en Dongguan, ofrece hasta 2.000 renminbi por mes para nuevos empleados y 3.000 renminbi para aquellos con un año de experiencia. Hasta el momento, sólo ha logrado contratar a un 40% de los trabajadores que necesita.

La confianza de los trabajadores de que pueden conseguir un nuevo trabajo significa que muchos toman descansos aún más largos durante el Año Nuevo Lunar.

Tal es la escasez de personal que cuando Jane Cheng asistió a un matrimonio en un hotel tres estrellas recientemente, los guardias de seguridad hicieron también de camareros. No es usual ahora para los trabajadores rechazar trabajos que ven como demasiado exigentes.

Una fuerza de trabajo más educada puede ser más exigente, pero su educación también podría favorecer una mayor productividad. Arthur Kroeber, director de la firma de investigación Gavekal Dragonomics en Beijing, dice que China está en mejor posición que sus competidores como India para aumentar la productividad de sus trabajadores, ya que son mucho mejor educados.

Retener a trabajadores es un paso hacia una mejor productividad, especialmente en Dongguan, donde hasta el 10% de los trabajadores renuncian a sus puestos de trabajo cada mes.

Maisto también planea introducir un sistema de pensiones para los trabajadores por permanencia en la empresa. Los trabajadores ahora recomiendan la fábrica a los que buscan empleo. En Dongguan hoy los empleadores necesitan todas las buenas referencias que puedan obtener.

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