Desde la segunda semana de diciembre que la Presidente Michelle Bachelet contaba en su escritorio con el documento en que la superintendenta de Pensiones, Tamara Agnic, ponía su cargo a disposición. Pero el lunes, sin esperar decisión alguna, la reguladora le presentó su renuncia a la mandataria.

Una decisión que se dio tras el dictamen de la Contraloría conocido en diciembre pasado respecto a la fusión entre AFP Cuprum y la recién creada Argentum -autorizada por Agnic- y que el organismo calificó como no admisible, pese a que reconoció que no tenía competencias para referirse al tema. Si bien los cuestionamientos a su actuar se iniciaron apenas entregó su venia a la operación, la ex autoridad consideraba la arremetida de los diputados -particularmente de los DC, encabezados por Fuad Chahin- como parte del escenario político. Así, Agnic descansaba en que su autorización a la fusión -que se tradujo en un beneficio tributario de US$129 millones- y que replicó en el proceso de AFP Provida y Acquisition, cuyo premio tributario alcanzó los US$288 millones, estaba fundada en argumentos técnicos y según la normativa vigente.

La seguridad de Agnic respecto a su decisión la impulsó a presentar un recurso de reposición en la Contraloría, de manera que se retractara de su pronunciamiento. Finalmente, la ex superintendente habría decidido no esperar la resolución del organismo y presentó su renuncia a la Presidenta Bachelet el lunes. El poco apoyo político del Gobierno ante las arremetidas de los diputados oficialistas -Agnic no milita en ninguna tienda política- finalmente terminaron por pasar la cuenta a la ex reguladora.

En los pasillos de La Moneda se anticipaba que el pronunciamiento de la Contraloría frente al recurso de reclamación que estableció Agnic por medio de la abogada Olga Feliú -luego de los cuestionamientos que realizó el organismo- iba a tener como resultado una ratificación de su primer dictamen y por consiguiente el primer antecedente de que su autorización a la fusión de AFP Cuprum no fue correcto.

La renuncia de Agnic supone una derrota para el Ministerio de Hacienda, puesto que habían apoyado su resolución frente a la fusión, ya que se consideraba que respondía a la normativa vigente. Incluso desde el Banco Central se le hizo saber a Agnic el respaldo por su venia a la operación, aún cuando los cuestionamientos políticos refrendados en la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados situaban a la ex autoridad como principal responsable del beneficio tributario que obtuvo AFP Cuprum con la operación.