En exactamente dos semanas la Nueva Mayoría pasará a ser parte de la historia política chilena.

Desde el lunes 12 de marzo los partidos que se acoplaron para respaldar el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet dejarán de estar vinculados formalmente (por un acuerdo político-programático) y comenzarán las decisiones frente a un proceso de rearticulación en que hoy asoman más interrogantes que certezas.

Pese a que hay consenso en que no es urgente volver a generar una coalición, en el último tiempo han comenzado a transparentarse las distintas posturas que existen al interior de las colectividades.

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Una disputa irremediable

Ni en los primeros meses del Gobierno de Michelle Bachelet se pudieron disimular los roces entre la DC y el PC.

Por un lado dirigentes democratacristianos acusaban inconsecuencia de los comunistas al plantear que se podía "estar con un pie en la calle y otro en La moneda", desde la otra vereda se cuestionaban los "matices" que rápidamente se intentaron poner a las reformas impulsadas por el Ejecutivo.

La apuesta de compartir coalición suponía evidentes riesgos en la convivencia interna y las diferencias políticas entre ambas colectividades para muchos dirigentes fue el origen para dinamitar a una alianza que nunca logró afiatarse.

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De cara al futuro, replicar el modelo de los últimos cuatro años o vetar al PC de futuros acuerdos es uno de los puntos más importantes del debate que se vive en la DC.

En la última Junta Nacional, el único punto del voto político que generó conflicto fue el que hablaba sobre la política de alianzas del partido. El ex timonel de la DC, Gutenberg Martínez, intentó cerrarle la puerta al Frente Amplio y al Partido Comunista y como su postura no triunfó, incluso puso su militancia en reflexión.

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Pese a que el escenario quedó abierto, siguen existiendo sectores que apuntan a evitar un vínculo oficial con los comunistas, sobre todo por las profundas diferencias respecto a los gobiernos de la región.

"Está descartado formar una nueva coalición con el PC", dijo hace pocos días el ex presidente interino de la DC, Matías Walker.

Por el momento la voz institucional es más cautelosa. Myriam Verdugo, presidenta interina de la DC, asegura que "dichos en esa dirección generan conflictos internos innecesarios, porque también hay quienes no se cierran".

Así, las elecciones internas del 27 de mayo y las conclusiones del sexto Congreso Ideológico significarán también una señal importante en cuanto a qué tan hacia la izquierda estarán dispuestos a inclinarse.

Por lo pronto lo que sí está prácticamente cerrado es que la DC se aliará con el Partido Radical, al menos en el Congreso, para formar una bancada.

Una alianza amplia

Mientras en la DC debaten sobre vetar o no al Partido Comunista en futuras alianzas, en el PC no le cierran las puertas a nadie.

Guillermo Teillier ha sido claro en que su partido es "partidario de una alianza amplia" que vaya desde la DC al Frente Amplio.

Pero lo cierto es que los acercamientos con el bloque emergente también están sumidos en la incertidumbre. En el PC se propusieron ser el puente con el Frente Amplio, pero desde la otra vereda ha existido reticencia a profundizar los vínculos y descartan, por ahora, confluir en un conglomerado.

La encrucijada del PPD

Dentro del PPD conviven diversas visiones sobre la política de alianzas que debe tomar la colectividad.

El PS y el PR son los que generan consenso como futuros socios. No obstante, la disyuntiva, está entre la DC a y el PC.

Algunos como el ex ministro del Interior Francisco Vidal se inclinan por el PC, mientras otros como el senador Felipe Harboe lo hacen por la DC. ¿Por los dos? Parece complejo. El presidente del partido Gonzalo Navarrete ha preferido no aventurarse: deja a ambos partidos en un segundo plano de asociación.

En las últimas semanas, eso sí, las relaciones con el PC se han crispado luego de las ácidas críticas del alcalde de Recoleta Daniel Jadue al canciller y militante del PPD, Heraldo Muñoz, (quien de hecho es una carta para encabezar el partido). Incluso Guido Girardo, figura más influyente del partido y líder del sector progresista marcó distancia con el PC y las figuras que defienden "dictaduras" como las de Venezuela o Corea del Norte.

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Al igual que en la DC, quien remplace a Navarrete en la testera de la colectividad influirá de manera importante en la decisión sobre las alianzas.

El socio de todos

Al igual que el PC, el Partido Socialista concluyó en su último Comité Central la búsqueda de un "bloque amplio".

La diferencia, eso sí, es que en el caso del PS existe reciprocidad desde los demás actores.

"Estamos a la espera de lo que resuelva el PS", dice el diputado DC Gabriel Silber a la hora de enfrentar la política de alianzas del partido.

Sin embargo, pareciera ser que será el PS quien deberá esperar las resoluciones de sus actuales socios y actuar quizá como la colectividad que lidere alguna coalición algo parecida a lo que fue la NM.