Luego de la derrota de Argentina en los tribunales estadounidenses en su disputa legal de una década con los fondos de cobertura, la presidenta argentina Cristina Fernández se volcará a los líderes de China y Rusia en busca de apoyo cuando visiten Buenos Aires este mes.
Argentina podría estar esperando más que sólo un respaldo político para su batalla contra los llamados “holdouts” cuando el presidente ruso Vladimir Putin llegue mañana de cara a la cumbre de los BRICS en Brasil la próxima semana. El mandatario chino Xi Jinping llegará después.
Analistas dicen que la gigantesca formación de gas de esquisto Vaca Muerta en la Patagonia es el motivo detrás del interés tanto de chinos como de rusos en Argentina, mientras Buenos Aires necesita desesperadamente la inversión extranjera para desarrollar las que se consideran las segundas reservas de gas de esquisto más grandes del mundo y la cuarta reserva de petróleo shale más grande del mundo.
Argentina ha estado bloqueada de los mercados de capitales desde que cayó en default por casi US$100 mil millones de deuda en 2001, pero las relaciones con los inversionistas internacionales están volviendo gradualmente a la normalidad, con el gobierno resolviendo una serie de disputas en los últimos meses.
Más recientemente, empezó negociaciones con los acreedores que rechazaron aceptar una reestructuración de deuda después del default, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos el mes pasado rechazó la apelación de Argentina a una revisión.
“El hecho de que tanto Putin como Xi se sienten a conversar con una Argentina que paga sus deudas es muy diferente a hacerlo con una Argentina en default. Si el caso fuera el segundo, no sé si vendrían a Buenos Aires”, dijo el analista político Carlos Germano.
Aun así, funcionarios privadamente expresaron decepción de que Bridas Corporation, una de las principales empresas de energía en Argentina -en la cual la empresa China National Offshore Oil Corporation adquirió una participación de un 50% en 2010- todavía no ha hecho un compromiso de invertir en Vaca Muerta.
Eduardo Levy Yeyati, economista de la consultora Elypsis en Buenos Aires, duda de que haya nuevos anuncios de inversiones durante las visitas presidenciales, desmintiendo rumores de que Gazprom podría estar interesado en invertir en Vaca Muerta.
Las empresas chinas tenían que haber hecho grandes inversiones en proyectos hidroeléctricos en la Patagonia y una línea de tren que vincule Argentina con el Pacífico chileno, lo cual podría fortalecer el estatus de China con el mayor socio comercial de Argentina, no sólo el principal destino para las abundantes exportaciones de granos de Argentina -especialmente soya- sino también una gran fuente de importación de bienes eléctricos.
Yeyati dijo que se están reviviendo los planes para un canje de divisas por US$10 mil millones con China. Permitiría al gigante asiático recibir yuanes por sus exportaciones a Argentina, sacando la presión por la escasez de dólares en Buenos Aires en momentos en que es incapaz de endeudarse en el exterior hasta que se resuelva el problema de los holdouts.
Aunque no es una moneda de reserva, el creciente uso del yuan en el comercio podría ayudar a contribuir en la creciente influencia que busca tener China a medida que los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se preparan para lanzar un banco de desarrollo en Brasil el martes, que cambiará el predominio de Estados Unidos en las instituciones de préstamo multilaterales.
Las visitas tanto de Xi como de Putin a Buenos Aires marcan un gran paso adelante para Argentina, luego de ser catalogado como paria cuando cayó en default en 2001.
“Es un momento de gran importancia en la reinserción internacional de Argentina luego de más de una década de aislamiento cuando ningún líder de importancia venía a Argentina. Pero están empezando a llegar de nuevo”, dijo Jorge Castro, especialista en relaciones internacionales.
Castro argumenta que el gobierno se ha visto altamente fortalecido desde que dio una vuelta en U luego de su pobre desempeño en las elecciones de mediano plazo en octubre.
Él apunta a una devaluación en enero que frenó una rápida caída en las reservas en moneda extranjera, y acuerdos tanto para compensar a la española Repsol luego de la expropiación de sus activos argentinos en 2012, y de pagar una deuda pendiente de US$10 mil millones con el Club de París.
Ahora, luego de años de que el gobierno rechazara negociar con los holdouts, el ministro de Economía Axel Kicillof debiera volver a Nueva York para seguir las negociaciones sobre el pago, en una apuesta por evitar un segundo default en 13 años a fines de julio.
“El año pasado el gobierno iba en caída libre, pero la situación se ha revertido”, dijo Castro. “El hecho de que el gobierno esté negociando es clave”, aseguró.
COPY RIGHT FINANCIAL TIMES
© The Financial Times Ltd, 2011.