Desde hace varios años el concepto de “crowdsourcing” -utilizado por primera vez en un artículo de la revista Wired en 2005- ha ganado cada vez más adeptos, especialmente en el mundo del emprendimiento. En este modelo, la ejecución de una tarea determinada se externaliza en una comunidad abierta en la que muchos individuos pueden trabajar, como una forma de lograr mejores resultados a través de las comunidades de profesionales y personas que existen en la red.
Bajo el alero de la organización crowdsourcing.org, se han logrado consolidar diferentes segmentos de mercado. Tanto para empresas y personas, el beneficio directo para sus negocios se representa en la reducción de los tiempos y costos asociados a la tarea que se requiera, las cuales pueden dividirse en varias para ser realizadas en paralelo o colaborativamente. En la actualidad, el mercado mundial del Crowdsourcing refleja su éxito en los números. En EE.UU, el país con mayor penetración del concepto, los ingresos por negocios de esta categoría ya alcanzaban el 2011 los 376 millones de dólares, duplicándose cada año (según crowdsourcing.org). Mientras que su variante Crowdfunding (financiamiento colaborativo) ya alcanzaba los 2.600 millones de dólares en el 2012, según la misma fuente. La mayoría de las grandes empresas utilizan hoy alguna de las alternativas de Crowdsourcing, como por ejemplo: Google, Microsoft, Yahoo, Apple, entre otros. Un desafío es lograr que las pequeñas y medianas firmas también puedan percibir y acceder al potencial que este modelo de trabajo representa para su desarrollo. En la región, Chile se ha destacado como uno de los pioneros e incluso extendido sus redes hacia el resto de Latinoamérica y el extranjero.
*CTO y co-fundador Appizard.