Entre el 21 de agosto y el 19 de noviembre duró el plazo legal de campaña. Sólo entre ese período, los candidatos a core, parlamentarios y presidenciales pudieron recibir aportes monetarios que debían ser registrados exclusivamente en el Servel.

El organismo liberó semanalmente ese registro, que sirvió para pesquisar a los candidatos que recibían los mayores aportes, y en la contraparte, a quienes con poco intentaron hacer mucho.

Según la normativa vigente, hasta el 1 de diciembre tienen plazo los administradores de las respectivas campañas para declarar los gastos de la primera vuelta y cuadrar lo registrado en el Servel. El dinero que retorna a manos de candidatos por los votos obtenidos es siempre en función de los gastos que acreditan en esa declaración.

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Si es que los gastos son menores que el monto de los votos obtenidos por el candidato, no existe un saldo a retornar. Vale decir, el Servel sólo devuelve de acuerdo a lo acreditado por los postulantes. En cambio, si los gastos superan lo recaudado el candidato podrá cubrirlos con lo obtenido en la votación.

Una de las mayores sorpresas del domingo 19 fue que muchos dirigentes emblemáticos, que en el papel contaban con pronósticos favorables para conseguir un escaño en el Congreso, finalmente quedaron fuera, debiendo hacer frente a la millonaria inversión que realizaron pensando en un triunfo, o al menos contaban con una mayor votación. Muchos de ellos, incluso, apostaron su patrimonio personal sin conseguir el éxito esperado.

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Por ejemplo, la actual senadora por Valparaíso Lily Pérez -que el domingo no consiguió su reelección- según el registro del Servel accedió a un crédito personal por $70 millones. Otro emblemático que quedó en el camino fue el ex ministro Andrés Velasco, que pese a obtener una alta votación en el Maule no logró quedarse con uno de los cinco cupos al Senado. El ex ministro de Hacienda registró un crédito personal por casi $60 millones. La senadora PS Isabel Allende, en tanto, solicitó uno por $80 millones.

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Otro dirigente democratacristiano, el actual diputado Fuad Chahín que perdió por escasos votos ante Francisco Huenchumilla, registró un crédito personal por $31 millones.

En el PS, Camilo Escalona y Osvaldo Andrade optaron por campañas más bien austeras. A pesar de la derrota, el impacto monetario no será tan doloroso como el de candidatos de otras fuerzas. Julio Isamit -uno de los postulantes con más aportes registrados- pidió un crédito por $40 millones. Su votación estuvo lejos de las expectativas.

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