Barack Obama y los líderes europeos lanzaron ayer durante la cumbre del G8 en Irlanda del Norte las negociaciones para alcanzar "el mayor acuerdo bilateral comercial de la historia", una iniciativa que el presidente estadounidense ha puesto en el corazón de la agenda de su segundo mandato.
El presidente estadounidense anunció que las negociaciones de un acuerdo transatlántico y de inversión se iniciarían en Washington en julio. Si bien los líderes de la Unión Europea admiten que serán "difíciles", creen que las negociaciones pueden completarse dentro de dos años.
Obama llamó a los políticos a "mirar más allá de preocupaciones estrechas y enfocarse en el panorama general" de un acuerdo comercial que cubra la mitad de la economía global.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que un acuerdo tendría un valor de 100 mil millones de libras para la UE, 80 mil millones de libras para Estados Unidos y 85 mil millones para el resto del mundo.
Obama espera que el mayor acceso al mercado europeo para las empresas estadounidenses impulse las exportaciones y dé un empujón al crecimiento y el empleo sin elevar los déficit de presupuesto. La iniciativa también podría ayudar a eliminar las críticas de que Estados Unidos está descuidando a sus aliados tradicionales en Europa a medida que vuelca su foco estratégico hacia Asia.
Pero Washington sigue preocupado de que el alcance del acuerdo se reduzca de manera dramática en el curso de las negociaciones a medida que industrias específicas se marginan por el lado europeo, limitando su impacto económico.
Francia ha buscado marginar a las industrias del cine, televisión y música por lo menos de manera temporal. Pero EEUU ha advertido que tal medida de incluir una "excepción cultural" podría llevar a marginaciones similares por el lado estadounidense, poniendo un acuerdo completo en riesgo.
PERJUDICADOS
Sin embargo, no todos coinciden en que el acuerdo será beneficioso para el mundo entero. Economistas del think tank alemán Ifo mostraron ayer que este acuerdo reducirá los flujos comerciales dentro de Europa y perjudicaría a países en desarrollo.
Según el informe, el acuerdo llevaría a un incremento de 13,4% en el ingreso per cápita estadounidense en términos reales en el largo plazo, pero apenas de 5% de incremento entre los miembros de la UE.
Las cifras asumen que Estados Unidos y la UE lleguen a un ambicioso acuerdo que reduzca los aranceles y armonicen y alivien las regulaciones en muchos sectores.
Este acuerdo también generaría daños en todo el mundo. Economías avanzadas como Canadá, Australia y Japón sufrirían, así como muchas economías emergentes. México y Chile, que tienen fuertes lazos comerciales con EEUU, estarían entre los más golpeados, junto con la mayor parte de África, Asia y Latinoamérica, con excepción de Brasil.