"Tenemos que ajustar las expectativas de todos quienes formamos parte de esta industria", dijo ayer el presidente de BHP Minerals Americas, Daniel Malchuk, apuntando que actualmente el sector vive un momento de "profunda inflexión" en la forma en que se desarrolla.
Malchuk encabezó la inauguración de una planta desalinizadora para Minera Escondida, cuya capacidad alcanza a 2.500 litros por segundo. Allí planteó, además, que "hoy más que nunca debemos preocuparnos de convertir el capital geológico no sólo en capital financiero, sino que también en capital social. Ese es el desafío", expresó.
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En ese sentido, explicó que la situación se genera por distintos factores. Entre ellos, el hecho de que en el pasado la principal ventaja competitiva del país era explotar recursos naturales de alta calidad a bajos costos, con una baja carga tributaria, con una incipiente institucionalidad y regulación ambiental.
"Chile evolucionó y es una nación que puede compararse con países de tradición minera y con economías más desarrolladas que la nuestra, como Australia o Canadá (...) pero ese crecimiento trae consigo que los costos laborales, la carga de impuestos o el valor de los insumos críticos sean equivalentes a las naciones del primer mundo", comentó, añadiendo que "atrás quedó la minería de la abundancia".
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De igual modo, puntualizó que tras una política de agua, pueblos indígenas y de relacionamiento con comunidades, imponen exigencias desde el punto de vista de los costos, deben contemplar transiciones que permitan moderar su impacto.
En la ocasión también participaron los ministros de Economía, José Ramón Valente y de Minería, Baldo Prokurica, quienes destacaron que iniciativas de este tipo son las que el país requiere para recuperar el crecimiento.