Las exportaciones chinas aumentaron inesperadamente a su ritmo más veloz en tres años en febrero, lo que sugiere que tanto su economía como el crecimiento global permanecen resistentes incluso aunque los lazos comerciales con EEUU se están deteriorando.

No obstante, las importaciones de cobre cayeron 20% en febrero, desde enero, sumando un tercer mes consecutivo de contracciones, a medida que el feriado de una semana por el Año Nuevo Lunar chino redujo las compras del mayor consumidor mundial de cobre, lo que hizo caer el precio del metal rojo 0,63%, impulsando el valor del dólar a los $606,5.

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Las llegadas de cobre en sus distintas versiones llegaron a 352.000 toneladas, una cifra menor de las 440.000 toneladas registradas en enero, cuando China importó más cobre no procesado. También superó las 340.000 toneladas de febrero del año pasado.

En tanto, las importaciones de concentrado de cobre en febrero llegaron a 1,45 millones de tonelandas, menos de las 1,62 millones de enero, frente a las 1,43 millones de toneladas de febrero de 2017.

Los analistas subrayan que los datos chinos a principios de año se pueden ver distorsionados por los feriados que cayeron en febrero de este año, pero lo hicieron en enero durante el 2017.

Las exportaciones de China aumentaron 44,5% en febrero en una tasa interanual, en comparación con las proyecciones de los analistas de un incremento de 13,6% y un alza de 11,1% en enero, según datos oficiales. En paralelo, las importaciones crecieron 6,3%, dijo la Administración General de Aduanas de China, lo que incumplió el pronóstico de los analistas de un crecimiento de 9,7% y un descenso de 36,9% en enero.

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Sin embargo, los datos combinados de enero a febrero también mostraron una aceleración dramática en el crecimiento de las exportaciones, una buena noticia para Beijing mientras intenta reducir riesgos en el sistema financiero.