El 12 de febrero, en su página web, el Partido Comunista publicó dos declaraciones: una condenando el supuesto "montaje" en contra del pueblo mapuche en la Operación Huracán, y una férrea defensa al gobierno de Nicolás Maduro, condenando la injerencia estadounidense en la trayectoria política de la región. "La política exterior estadounidense tanto en el pasado, como el presente, nos muestran que están dispuestos a avalar intervenciones militares y golpes de Estado".
Casi al mismo tiempo, la bancada de diputados democratacristianos comenzó la distribución de un comunicado en el que emplazaba a la Cancillería a no permitir la venida de Maduro al cambio de mando. "No queremos dictadores en un acto democrático y republicano", decía el texto firmado por 10 parlamentarios de la DC y otros tantos que debutan en marzo.
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A partir de ahí, el enfrentamiento entre ambas fuerzas por la compleja situación política en Venezuela no ha parado de escalar, al punto que ayer, entre los parlamentarios democratacristianos la molestia subió hasta poner en peligro cualquier entendimiento futuro que incluya a los comunistas en él. El primero de ellos: la administración por la mesa de la Cámara de Diputados.
"Lo que unió a la Democracia Cristiana con la izquierda fue la defensa de la democracia y los derechos humanos. La apología irrestricta que hace el PC de la narco dictadura de Maduro hace inviable cualquier entendimiento con ellos, pues no comparten con nosotros los principios básicos en política sobre los cuales se sustentan todos los demás", afirmó a PULSO el diputado Matías Walker. Desde la falange incluso han mencionado que el respaldo PC a Nicolás Maduro lo ponía "al margen" de la política de Estado.
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Desde el Partido Comunista, si bien los ministros han optado por guardar silencio, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, afirmó que el desempeño de la política exterior bajo el liderazgo de Heraldo Muñoz ha sido "nefasta" (Ver más en páginas 24 y 25).
En tanto, ayer el diputado PPD Jorge Tarud llegó hasta las afueras de La Moneda para solicitarle a la Presidenta Michelle Bachelet que retire la invitación a Maduro para asistir al cambio de mando el próximo 11 de marzo.
"A mí me hubiese gustado que Chile, un país que le debe mucho a Venezuela, que recibió a miles de exiliados en momentos difíciles, hubiera tomado una decisión de no invitar a Maduro como una medida de aislamiento", dijo el parlamentario, que termina su período en el Congreso el 11 de marzo.
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